El TD Garden fue una fiesta este lunes, 17 de junio, cuando los Boston Celtics superaron 106-88 a los Dallas Mavericks en el Juego 5 de las Finales de la NBA y se consagraron campeones del mejor baloncesto del mundo, sumando su primer anillo en 16 años y el número 18 de su historia, quedando como líderes solitarios de todos los tiempos, por encima de los 17 de Los Ángeles Lakers.
Fueron superiores a sus rivales durante toda la eliminatoria, a excepción de ese cuarto encuentro en el American Airlines Arena en el que fueron superados por 122-84, y demostraron que su récord de 64-18 durante la fase regular no fue producto de la fortuna ni la casualidad.
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Boston Celtics dieron clase de intensidad en el Juego 5
Después de un desliz en el cuarto partido de la serie, los dirigidos por Joe Mazzulla imprimieron una agresividad y unas ganas de alzar el trofeo Larry O´Brien en su mítico TD Garden que, sin duda, fueron factores clave de su superlativo rendimiento que los llevó a superar por 18 puntos a los Mavs.
Muestra de esa intensidad mostrada por los locales son las estadísticas por equipo en el encuentro. A pesar de que estuvieron por debajo en porcentaje de acierto en tiros de campo con un 42.7 % contra el 44.9 % de Dallas, hicieron 11 tiros más y obtuvieron 11 unidades producto de segundas oportunidades.
Su dominancia en los tableros también fue crucial para el resultado favorable, imponiéndose con 51 rebotes sobre 35. Asimismo, tuvieron más del doble de rebotes ofensivos que sus rivales (15-7).
Nueve robos que provocaron 16 puntos en contraataque continúa ilustrando la gran actuación del unido grupo de los «Orgullosos Verdes», mismo que, aunque estuvo encabezado ofensivamente por Jayson Tatum y Jaylen Brown, gozó de la aportación de prácticamente todas las piezas para lograr un objetivo en común.
Intensidad, intensidad, intensidad… No hay otra palabra para describir el partido que le dio el anillo de campeón a los Boston Celtics.
Jaylen Brown es el MVP de las Finales
Venía de alzarse con el premio MVP de las Finales de Conferencia Este y, tras volver a destacar sobre todo por su poderío anotador, Jaylen Brown se exaltó como el merecedor del Premio Bill Russell al MVP de las Finales.
Dejó un promedio de 20.8 puntos por juego con 25 asistencias, 27 rebotes, ocho robos de balón y cuatro tapones a lo largo de los cinco choques para conquistar la «Tierra Prometida».
Igualmente, tuvo un porcentaje de acierto en tiros de campo total de 44.3 % y 23.54 % en triples.
