De la mano de Patrick Mahomes, quien ganó su tercer MVP en finales de la NFL, los Chiefs se convierten en la nueva dinastía de la liga al ganar tres anillos en los últimos cinco torneos.

El domingo 11 de febrero de 2024, ante los más de 61.000 aficionados que llenaron el Allegiant Stadium de Las Vegas, las suposiciones de una dinastía de los Kansas City Chiefs se convirtieron en realidad luego de que estos derrotaran a los San Francisco 49ers, en tiempo extra y con pizarra de 22-25, en el marco del Súper Bowl LVIII de la NFL.

De la mano del sensacional Patrick Mahomes los Chiefs no solo se convirtieron en apenas el noveno equipo en conseguir un bicampeonato dentro del circuito – el primero desde la 2004-2005-, sino que se quedaron con su tercer título de campeón en las últimas cinco campañas y ahora suman un total de cuatro en su historia.

Precisamente cuatro fueron las ocasiones en las que Kansas City tuvo que venir de atrás en el encuentro y por supuesto lo lograron gracias a Mahomes, un mariscal de campo acostumbrado a asumir el peso de la responsabilidad en momentos de apremio y que terminó llevándose su tercer galardón de MVP en un Super Bowl.

Por su parte, San Francisco se quedó nuevamente corto en su misión de igualar a los Steelers y Patriots en el liderato de títulos de la NFL con seis. Esta derrota fue la tercera al hilo de los 49ers en un duelo final, mientras que es la segunda consecutiva ante los Chiefs, quienes los vencieron por 31-20 en 2019.

Los 49ers y la defensa dominaron en la primera mitad a los Kansas City Chiefs

Al igual que en la edición antes mencionada, los San Francisco 49ers lograron frenar a Mahomes durante la primera mitad del encuentro.

Una de las mejores defensivas de la liga se vio impresionante ante el estelar mariscal de campo, ya que no solo lo obligó a lanzar una intercepción, sino que forzó cuatro balones sueltos de los Chiefs – recuperando uno de ellos- y dejándolos en tres puntos luego de los primeros 30 minutos de acción.

Y si bien San Francisco apenas anotó 10 unidades en ese tiempo de juego, gracias a una jugada sacada de la chistera de Kyle Shanahan, el dominio mostrado por la defensa hacía pensar que todo iba encaminado para que la organización cumpliera con su papel de favorito.

Una segunda mitad de infarto

Como si al encuentro no le faltara más emoción que la que conlleva jugar un Super Bowl, en la segunda mitad del compromiso no solo las defensivas volvieron a hacer de las suyas, sino que hubo errores en los equipos especiales y Mahomes completó una serie final digna de una súper estrella.

Todo comenzó en el tercer cuarto cuando los Chiefs consiguieron su primer regreso al recuperar un balón suelto en una patada de despeje, regaló que aprovecharon consiguiendo un touchdown que los colocaba tres puntos arriba en la pizarra.

Tras estar en desventaja por primera ocasión en el duelo, Brock Purdy tomó el mando de la ofensiva de los 49ers y demostró que el título de Mister Irrelevante le queda pequeño a estas alturas de su carrera.

El quarterback comenzó el último período guiando una serie ofensiva que terminó en touchdown y que le devolvió la ventaja a su equipo. Sin embargo, el pateador novato Jake Moody falló el punto extra que le abrió de nuevo el encuentro a los Chiefs.

Kansas City pudo igualar con un gol de campo, San Francisco se fue arriba nuevamente por 19-16, a falta de 3:55 por jugar, y los Chiefs, con solo tres segundos en el reloj de juego, debieron conformarse con igualar las acciones a pesar de que tuvieron varias oportunidades de anotar dentro de la zona roja.

Un tiempo extra de leyenda

Mientras ya se hablaba de que esta final sería una de los más recordados de los últimos años, tanto Chiefs como 49ers parecían tener la intención de consolidar esta afirmación al medirse en apenas el segundo tiempo extra en la historia de los Super Bowl.

Tomando en cuenta que en la postemporada ambos equipos cuentan con al menos una posesión del ovoide, los 49ers tomaron la decisión de iniciar el tiempo extra a la ofensiva y estuvieron muy cerca de poner en serios aprietos a los Chiefs.

Purdy tuvo otra buena serie para terminar el duelo con 255 yardas y un pase de anotación, mientras que Christian McCaffrey, el Jugador Ofensivo del Año, fue una pesadilla para los rivales al mover las cadenas constantemente y terminar con 80 yardas por tierra y 80 más por aire. Números que no fueron suficientes para que los 49ers debieran conformarse con un gol de campo.

Con solo tres puntos por debajo en la pizarra, Mahomes inició una serie ofensiva que quedará en los anales de la historia del Super Bowl al manejarla con una tranquilidad impresionante.

El QB no solo repartió el ovoide a cuatro receptores distintos, sino que sumó 27 de sus 66 yardas terrestres, incluyendo un acarreo de 19 yardas, en cuarta oportunidad y una, que de no haber completado con éxito le habría dado el título a los 49ers.

Poco a poco los Chiefs se acercaron a la zona prometida y a falta de menos de dos minutos ya estaban dentro de la yarda 20 rival. Oportunidad que no solo les daba conseguir el gol de campo que igualaría las acciones, sino también una anotación para ir por el título.

Algo que quedó demostrado cuando con 50 segundos en el reloj de juego Mahomes concretó un pase a Travis Kelce, su gran compañero de aventuras, para llegar hasta la yarda tres de San Francisco y dejó correr el tiempo.

Si bien contaban con dos tiempos muertos a su favor, Andy Reid, el ahora tres veces ganador del Super Bowl como entrenador en jefe, decidió dejar correr el reloj para que su quarterback, con tres segundos todavía disponibles, completara un pase a las manos de Mecole Hardman y extender así, al menos por una temporada más, el mandato de los Chiefs dentro de la NFL.

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Henry Roldán

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