Estamos a pocos días de que se dispute el Super Bowl LVIII de la NFL entre los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers y, por eso, en HSM queremos darte un pequeño análisis de los dos equipos que vuelven a chocar en esta instancia tras la final ganada por los Chiefs, en 2019, por marcador de 31-20.
En esta segunda entrega estaremos analizando un poco a los 49ers, el mejor equipo de la Conferencia Nacional que llega como favorito, en las casas de apuestas de Las Vegas, para quedarse con el campeonato.
De la mano de Brock Purdy, quien guio una ofensiva sumamente dinámica con la presencia de Christian McCaffrey y el receptor Deebo Samuel, el entrenador en jefe Kyle Shanahan parece tener las piezas necesarias para finalmente quedarse con los máximos honores.
Los San Francisco 49ers apuestan al dinamismo de su ofensiva
En la NFL existen muchos ataques temibles, pero el de los 49ers sencillamente es una máquina perfectamente aceitada capaz de pasarle por encima a cualquier defensa dentro de la liga.
Shanahan tiene a su disposición un grupo de jugadores capaces de explotar el juego aéreo y terrestre de tal manera que es prácticamente imposible adivinar o proyectar el tipo de jugada que ejecutarán.
Como líder de ese ataque tenemos a Purdy, segundo en la votación para el MVP de la ronda regular, quien terminó líder de la liga en promedio de yardas aéreas por pases completado así como en rate para un quarterback.
Un rendimiento que lo llevó a aprovechar al máximo receptores élites como Deebo Samuel, Brandon Aiyuk y el ala cerrada George Kittle, los mismos que ayudaron para que su conjunto lideraran la liga en promedio de yardas netas y fueran segundos en anotaciones por la vía del pase.
Pero, el arsenal ofensivo de los muchachos de la Bahía no queda ahí. Los 49ers cuentan con probablemente el mejor corredor de la liga, Christian McCaffrey, quien este jueves fue galardonado como el Jugador Ofensivo del Año.
A pesar de no jugar en la última semana, McCaffrey terminó como líder en yardas terrestres, por segunda vez en su carrera fue primero en yardas totales fuera de la línea de golpeo y nadie anotó más TD en la liga que los 21 que él registró.
Sólidos por aire y tierra
Lo que más asusta de estos 49ers, y probablemente por eso sean favoritos antes de medirse a los actuales campeones, es que la defensiva del equipo es tan buena o mejor que la ofensiva antes mencionada.
San Francisco apenas permitió un promedio de puntos por juego de 17.5, el tercero más bajo de toda la liga, mientras que los rivales apenas llegaron 44 veces a la zona roja, la segunda menor cifra dentro del circuito.
Pocos fueron los equipos que intentaron batir a los 49ers usando el juego terrestre. La línea defensiva de San Francisco fue la que menos acarreos en contra vio en toda la liga y fueron el cuarto conjunto que menos TD por tierra permitió en la NFL.
Buscando alternativas para escapar del muro terrestre, los rivales comenzaron a jugar por el aire. ¿Adivinan qué sucedió? Pues tampoco consiguieron hacerles daño.
La secundaria de Shanahan fue la que más intercepciones registró en el año con 22, los rivales solo consiguieron un promedio de 5.4 yardas netas por pase y fueron séptimos en capturas de QB con 48.
Motivación extra
Si bien es cierto que poco puede ser más motivador que salir a ganar un Super Bowl, en el caso de los 49ers seguramente tendrán en mente la final que perdieron hace cuatro campañas cuando cayeron estrepitosamente ante los Chiefs.
Vale recordar que en ese encuentro, también con Shanahan como head coach, San Francisco entró al último cuarto ganando 20-10. Sin embargo, no pudieron contener a Patrick Mahomes y Kansas City anotó hasta 21 puntos en esa instancia del compromiso.
Ese fue el segundo Super Bowl al hilo que perdieron los 49ers tras su derrota, en la campaña de 2012, ante los Baltimore Ravens. Por eso, de ganar, este sería su primer anillo desde 1994 cuando aplastaron 26-49 a los San Diego Chargers.
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