La temporada pasada fue un año difícil para varias de las estrellas de la liga debido a las lesiones. Jugadores All Star, superestrellas de la liga, que en un instante pasaron a ser noticia por su dolor, sus lamentos, y por la previsión de ausentarse durante un largo periodo de tiempo, con la incertidumbre que ello genera. Fueron lesionándose durante el transcurso de la última temporada regular. Desde el principio del año, como le pasó a Gordon Hayward, hasta el final, como Kyrie Irving, pasando por las tremendas lesiones de Porzingis y Cousins en pleno apogeo de la temporada, cuando estaban ofreciendo un nivel extraordinario en sus respectivos equipos. Estamos deseosos de contemplar sobre las canchas más prestigiosas de Norteamérica en el próximo curso a estos jugadores con una temporada completamente sanos.
1. KAWHI LEONARD
Todo empezó aquel 14 de mayo de 2017, en el primer partido de la final del Oeste, donde los Spurs llegaban a ganar de 25 en la pista de los Warriors. Instante en que Zaza Pachulia (nunca sabremos si hubo voluntariedad) punteó un lanzamiento de Leonard situando su pie en la zona de caída del alero, que lo pisó y se dobló fuertemente el tobillo. Recaída de su esguince y, de ahí en adelante, un calvario, agravado por una nueva y oscura lesión en el cuádriceps (tendinopatía) durante el verano, que tras llevarle a debutar en diciembre la pasada temporada, no le permitió jugar más que nueve partidos, despidiéndose definitivamente del curso en enero. Promedió 23 minutos, 16 puntos y casi 5 rebotes por encuentro, demostrando que todavía le quedaba mucho para volver a ser el que fue, que era estar al nivel de uno de los cinco mejores jugadores de la liga, ahí es nada.
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El ambiente se enrareció con la recaída de la extraña lesión en el cuádriceps que sufrió cuando reapareció a mitad de temporada pasada, ya que tras varias semanas fuera de nuevo, el equipo médico daba el visto bueno a su regreso, en función de sus propias sensaciones. Pero estas no llegaron a ser positivas para él, porque no llegó a dar el paso pese a los continuos rumores, y esto llevó incluso a reuniones entre los pesos pesados de la plantilla, que le pidieron dar un paso adelante para poder alcanzar los playoffs. Popovich, tras insinuar que estaba a punto de volver, acabó descartándolo, poniendo sobre el propio jugador el foco de la decisión. Tony Parker también entró en escena, afirmando que su lesión, similar a la de Kawhi, “había sido cien veces peor”.
Físicamente se supone que ya está bien, recuperado, y debiendo coger únicamente el ritmo competitivo tras un año entero en blanco (a excepción de los poco más de 200 minutos que llegó a disputar). Por otro lado, en los Raptors se juntaría con Lowry, esperando que los dos se mantengan sanos.
2. GORDON HAYWARD
El alero de Indianápolis tuvo el peor estreno que nadie podría imaginar. Era el primer partido de la temporada, el inaugural, debutando de verde ante los Cavs de Lebron en la pista de los subcampeones, y no pudo disfrutar del juego más de cinco minutos. En ese momento, un balón al aire, Gordon buscando el alley-oop, y James que se cruza en el camino para complicarle la canasta y el resto, ya se sabe: caída fatal, fractura de tibia y dislocación del tobillo, que miraba hacia el lado incorrecto. Hayward había llegado a Boston después de ser All Star y referente en Utah. Aunque algunos, optimistas o casi ilusionistas, fantasearon con verlo re-debutar en las últimas rondas de los playoffs, esto no era lógico ni viable, y el bueno de Gordon siguió pasito a pasito todos los escalones de la recuperación, para tratar de llegar completamente listo para el inicio de la 2018-19.
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Está completando los entrenamientos previstos para estas alturas de pre-temporada, y Brad Stevens confirmó, el pasado 18 de junio, que la previsión era que estuvieran completamente recuperados, tanto él como Irving, para finales de julio.
Estos Celtics llegaron al séptimo partido de la final del Este ante los Cavs de un LeBron en modo superhombre, con una plantilla joven, sanos y talentosa, que ha descubierto que tiene dos jovenes con madera de All Star (sobre todo Tatum, pero también Jaylen Brown), y cuya gestión de minutos entre aleros será, si todo va bien, una de las principales “complicaciones” para el maestro Stevens. Si no hay sorpresas en el mercado ni en la enfermería, en el TD Garden se frotan las manos de cara al curso que viene, y quieren plantar cara al monstruo de siete cabezas que llegue por la parte Oeste del país, ya sean los Warriors con su quinteto All Star, los Rockets de Harden, CP3 más su esperado fichaje, o los Crazy Lakers de King James y compañía.
3. KYRIE IRVING
El último partido que disputó este año el jugador nacido en Melburne fue el pasado 12 de marzo, hace ya cuatro meses, frente a Indiana Pacers, en un encuentro que no pudo terminar. En ese momento se decidió darle reposo por sus problemas en rodilla izquierda, y dos semanas después tuvo que ser intervenido para buscar una mejoría. En primera instancia la previsión era de entre tres y seis semanas de baja. Peligraban por tanto los playoffs, pero las noticias fueron a peor. En una revisión postoperatoria se descubrió que el proceso recuperatorio no iba bien y tuvieron que volver a intervenir, descartándolo definitivamente para lo que restaba de curso, y pronosticándole aproximadamente seis meses de recuperación. El golpe que recibió la moral de la plantilla y afición de los Celtics fue tremendo, directo al mentón, pero la reacción superó cualquier expectativa, y estuvieron a un tris de plantarse en la gran final, si no llega a ser por LeBron y sus superpoderes.
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Al igual que con Hayward, las sensaciones son positivas a día de hoy. Valgan de nuevo las palabras del propio Stevens, que aseveró que ambos estarían listos para finales de julio, lo cual supone tiempo de sobra para hacer una progresiva y elaborada pretemporada, para llegar en octubre en plenas condiciones. Cabe señalar que estos problemas de rodilla ya complicaron la vida del base durante la temporada 2015 con los Cavs, por lo que convendrá no escatimar en preparación y cuidados para una articulación tan delicada y ya bastante castigada.
Yendo más al detalle en el caso de Irving, la posición de base tiene cierta superpoblación, con la explosión de Rozier en los playoffs, el buen rendimiento de Smart durante muchos momentos, la aportación de los “europeos” Larkin y Wanamaker (recién llegado de Fenerbahce), más todo lo que acapara del propio Kyrie, que no es precisamente poco. Todo indica que será Marcus Smart el que dejará el TD Garden, donde esperan que este año sí, su legendario equipo vuelva a lo más alto, y ello dependerá en gran medida de la actuación de sus grandes estrellas y que se mantengan sanos.
4. DEMARCUS COUSINS
El pívot de Alabama, a sus 27 años, sufrió la que se considera una de las peores lesiones que puede padecer un deportista, la rotura del tendón de Aquiles. Boogie se rompió el 26 de enero en un partido ante los Rockets, a falta de ocho segundos para el final, y cuando estaba firmando un nuevo triple-doble (segundo en tres partidos). Estaba en el mejor momento de la temporada, en la línea de su equipo, que encadenaba ocho victorias en los últimos diez partidos, e iban tras la estela de Rockets y Warriors en el salvaje Oeste. Cousins había sido elegido por LeBron para jugar su quinto All Star, y promediaba a esas alturas 25,4 puntos; 12,9 rebotes y 5,4 asistencias por partido. Formaba junto a La Ceja Davis la pareja interior más poderosa y letal de toda la liga, y aspiraba a un multimillonario contrato de 133 millones para los próximos cuatro años con los Pelicans, pero la lesión se lo llevó todo por delante: archivó el contrato y rompió la temible pareja de torres. Dentro del desastre, y seis meses después, Cousins ha encontrado un motivo para sonreír, ya que, con su fichaje por Golden State, formará parte de la que posiblemente sea la mejor plantilla de la NBA.
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Es realmente una incógnita saber cómo está ahora y sobre todo cómo va a regresar. DeMarcus tiene motivos para estar preocupado porque, como decíamos, es una de las lesiones más temidas para cualquier deportista, y su gravedad aumenta en la medida que la altura y el peso del lesionado es mayor. El tendón de Aquiles es una parte muy delicada del pie, que soporta todo el peso e influye mucho en cualquier movimiento, incluso al caminar. Cousins mide 2’11 y pesa algo más de 120Kg. Las experiencias de este tipo de lesiones no son nada esperanzadoras, ya que según diversos estudios (CBS y SB Nation entre otros) en todos los casos registrados en la liga norteamericana desde 1988, los rendimientos post-lesión siempre fueron inferiores a los mostrados hasta el fatídico momento, atendiendo a los promedios de minutos, puntos y porcentajes de tiro. Lo peor, empero, es que más de un tercio de ellos no volvieron a jugar nunca profesionalmente, y ese es el ogro al que debe enfrentarse Boogie, por él y por todos los aficionados al baloncesto. Si todo fuera como esperamos, la liga volvería a tener de vuelta a uno de sus pívots más dominantes de la década aproximadamente para Navidad, o lo que es lo mismo, casi un año entero después de la lesión. Y mientras tanto, tiene espejos donde mirarse y encontrar ejemplos de superación de esta lesión, como le sucedió a Rudy Gay, Anderson Varejao, Mehmet Okur o el propio Kobe Bryant, quienes con más o menos éxito, volvieron a vestir de corto y a mostrar su talento sobre el parqué tras sus roturas de talón.
Los Warriors se hacen por poco más de 5 millones con un tremendo jugador, siempre y cuando recupere un nivel similar al que ha ofrecido el Pelicans o Kings. Pero hay una duda sobre el ambiente que alimenta a los haters del equipo de Kerr: ¿quién va a hacer de pívot realmente? Si ponemos sobre la pista a los cinco All Star, todos son jugadores de salirse de la zona y atacar de frente, incluido Cousins, cuyo mayor tesoro es la habilidad de manos y cuerpo para penetrar, girar sobre sí mismo y atacar el aro; eso cuando no se sale del todo y saca su fina muñeca a pasear de tres. Así que, con Curry en plan free-style, Klay en su modo catch & shoot, Durant por todos lados pero también de frente al aro, y Green haciendo de point-center como si fuera Magic, a Boogie le tocará, en teoría, pegar sus suelas a la zona, y reciclar su juego para poder aportar con su talento a un núcleo más que consolidado. Si lo logra, si alcanza buen nivel físico y es capaz de entender que deberá adaptar su rol a un equipo campeón, desde luego que los Warriors serán el principal favorito para sumar su tercer anillo consecutivo, y el cuarto en un lustro. No habría duda alguna de que se trataría de un equipo realmente legendario si todos se mantienen sanos. Y lo que tenga que venir para el próximo verano (Thompson y Cousins como agentes libres) ya lo decidirán el destino, los despachos, y la canasta.
5. KRISTAPS PORZINGIS
El pívot letón, de 22 años, estaba participando en su tercera temporada en la NBA vestido de los Knicks, quienes lo eligieron en el número 4 del draft de 2015. Tras dos buenos primeros años, donde promedió 14 puntos y 5 rebotes como rookie, y 16+7 en el segundo, en el inicio de la tercera temporada estaba empezando a romper la baraja. Su inicio fue demoledor, con una media de más de 29 en los seis primeros partidos del curso, para acabar situando su media a finales de año, tras 30 partidos, en 24’5 puntos por encuentro, además de casi 7 rebotes y 2 tapones. Pero llegó el fatídico 6 de febrero, en el Madison, ante su gente, y frente a otra de las sensaciones del inicio de temporada, Giannis Antetokounmpo y sus Milwakee Bucks. Precisamente el griego fue el co-protagonista involuntario, ya que Porzee realizó un mate ante él y, al caer, pisó su pie y se giró la rodilla con mal gesto: fractura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. El Unicornio, que había anotado en 11 de los 48 partidos hasta la fecha más de 30 puntos (3 veces entre las dos temporadas anteriores), y que iba a disputar su primer All Star al ser elegido también en el “Team LeBron”, decía adiós a la temporada y dejaba huérfanos a unos Knicks que no levantaron cabeza y desistieron de toda posibilidad de ir a los Playoffs, algo a lo que únicamente aspiraban capitaneados por su joven figura.
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La recuperación de Porzingis está siendo de todo menos privada. Todos los movimientos del letón se están siguiendo y casi televisando. El propio jugador inició una serie de documentales sobre todo el proceso de recuperación en su propio canal de Youtube, del que ha publicado un par de episodios. Además, pronto se supo que gran parte de este proceso iba a realizarse en Madrid, y por allí se le vio precisamente hace unas semanas, disfrutando en un lugar privilegiado del WiZink Center de la final de la Liga Endesa. Físicamente se ve un Porzee muy fuerte, aprovechando la poca actividad con su rodilla para machacarse en el gimnasio. Sobre la lesión en sí no hay mucha información, pero parece evolucionar positivamente, y será ahora en verano cuando los médicos de los Knicks monitoricen su situación y estimen una fecha de regreso. Las previsiones más optimistas lo sitúan de vuelta entre el primer y segundo mes de competición, pero otras, menos halagüeñas, hablan de diciembre como fecha más probable. Sea como sea, su regreso deberá ser paulatino y cauteloso, y habrá que esperar con paciencia a que la articulación y el resto del cuerpo vuelvan a coger el ritmo adecuado en una competición tan frenética. Seguro que se pierde bastantes partidos la próxima temporada.
Ha llegado el técnico David Fizdale, tras su paso por Memphis, y parece que apostará por un equipo realmente joven, dando minutos a jugadores como Nkitilina, tras su buen año rookie, junto a los novatos de este año (Kevin Knox y Mitchell Robinson) sobre los que hay buenas expectativas, además de la llegada de croata Hezonja, que quiere asumir y lucir su etiqueta de top5 del draft. Junto a ellos, Hardaway Jr, y un Enes Kanter que seguirá aportando su tremenda garra en la pintura. Y si el segundo de los novatos (Robinson) cuaja como se le espera, podría hacer salir definitivamente de la zona a Porzingis. Formarían, además de joven, un equipo de muchísimos centímetros, y mientras todos se mantengan sanos esa parece ser una de las apuestas del nuevo técnico. Con todos estos ingredientes, lo que parece claro es que, en el Madison SG, esperan el regreso de su Unicornio.
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