El autogol de Gerard Piqué y los bombazos de Cristiano Ronaldo y Marco Asensio se llevaron los reflectores de la gran victoria del Real Madrid 1-3 sobre Barcelona en el inicio de la Supercopa de España.

Fue otro golpe de autoridad por parte de los madridistas que muestran ser un equipo muchísimo más rodado que los azulgranas, aún en estado de shock tras la salida de Neymar ante el PSG y sin poder concretar un fichaje de peso.

Más allá de eso hay un nombre que brilla con luz propia: Isco Alarcón, quien ha pasado de ser un suplente a una figura dominante en el medio del campo blanco.

Ha comenzado la temporada a un nivel que roza la excelencia. En todo lo que hace maravilla. Se descuelga a las bandas buscando hacer daño cada vez que toca el balón. Mejora a los que tiene al lado, da una salida de balón siempre limpia, lanza regates, recortes y ruletas que no pueden frenar los rivales.

Suya fue la primera acción de peligro madridista, con dos recortes y disparo al lateral de la red, y participó en los dos primeros goles viendo la subida de Marcelo y el desmarque de Cristiano. Hasta pudo marcar de cabeza en su momento más dulce.

No en vano Florentino Pérez cuida de su ficha y ya el jugador habría firmado su renovación hasta 2022 con una cláusula rescisión de 700 millones de euros, la tercera más alta del Real Madrid.

Esta puede ser la gran temporada de Isco y lo empieza a demostrar.

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