El piloto que divide opiniones
Franco Colapinto, el joven argentino nacido en Pilar en 2003, ha irrumpido en el radar internacional del automovilismo con una fuerza que pocos esperaban. Su nombre resuena en paddocks, redes sociales y transmisiones deportivas como el próximo gran talento sudamericano en la Fórmula 1. Pero detrás del entusiasmo, también se alzan voces escépticas: ¿es Colapinto una promesa sólida o simplemente otro producto inflado por el marketing y la necesidad de ídolos?
La controversia está servida. Y los números, aunque reveladores, no siempre cuentan toda la historia.
Resultados que entusiasman… pero no convencen a todos
Franco Colapinto vive su primer año completo en la Fórmula 1 como piloto oficial de Alpine, tras su paso por la Fórmula 2 y su rol como reserva en 2024. Con apenas 22 años, el argentino ha disputado ocho Grandes Premios en la temporada 2025, y aunque los resultados no han sido espectaculares, su evolución técnica y actitud en pista han captado la atención de los especialistas.
En lo que va del año, Colapinto no ha sumado puntos oficiales, pero ha mostrado destellos de competitividad en clasificación, superando a su compañero Pierre Gasly en varias ocasiones, incluyendo una diferencia de 0.73 segundos en Hungría. Su rendimiento en el simulador y su capacidad para adaptarse a condiciones cambiantes han sido destacados por el equipo técnico. A pesar de las limitaciones del monoplaza A525, que Alpine ha decidido no evolucionar agresivamente este año, Colapinto mantiene una postura firme y optimista.
Sin embargo, el desempeño en carrera sigue siendo su talón de Aquiles. En Spa-Francorchamps, terminó anteúltimo tras una mala largada y problemas de ritmo. En Budapest, donde históricamente ha brillado en categorías menores, apenas logró mantenerse en el pelotón medio, afectado por errores estratégicos y una gestión de neumáticos poco efectiva. ¿Es esto parte del proceso de maduración? Sin duda. ¿Es suficiente para consolidarse como piloto titular en 2026? Esa es la pregunta que divide a los analistas.
¿Apoyo real o presión mediática?
La temporada 2025 de Franco Colapinto en la Fórmula 1 está marcada por una dualidad incómoda: el respaldo institucional de Alpine y la creciente presión mediática que rodea cada uno de sus fines de semana. Desde su debut como reemplazo de Jack Doohan, el argentino sigue sin sumar puntos, con sus mejores actuaciones en Mónaco y Canadá (P13 en ambas). A pesar de los contratiempos técnicos, errores estratégicos y despistes puntuales, el equipo ha ratificado su continuidad para lo que resta del año, descartando los rumores sobre un posible ingreso de Valtteri Bottas. En teoría, Colapinto tiene “todas las oportunidades” para consolidar su lugar. En la práctica, cada carrera parece una prueba de fuego.
Pero el ruido externo no cesa. La ausencia de Colapinto en la grilla provisional de pilotos para 2026 publicada por la Fórmula 1 encendió las alarmas. Aunque Alpine aún no define su segunda butaca, la confirmación de Pierre Gasly y el pobre rendimiento del A525 (último en el Campeonato de Constructores) alimentan las dudas sobre el futuro del argentino. Además, voces críticas como la de Martin Brundle han cuestionado su desempeño y el manejo del equipo, recordando la filosofía implacable de Flavio Briatore: “Si no cumplís, te reemplazan como una bombilla”. En ese contexto, el apoyo parece real… pero condicionado. Y la presión mediática, lejos de disiparse, se convierte en parte del circuito.
El peso de ser argentino
No se puede ignorar el componente emocional. Argentina es un país que respira automovilismo, con una historia gloriosa que incluye a Juan Manuel Fangio y Carlos Reutemann. La ausencia de un piloto nacional en la F1 desde 2001 ha generado una necesidad simbólica de representación. Colapinto, con su carisma y talento, encaja perfectamente en ese vacío.
Pero esa misma presión puede jugar en contra. Las expectativas desmedidas, los titulares exagerados y la constante comparación con leyendas pueden distorsionar la percepción real de su progreso. En palabras del propio Franco: “No quiero que me vean como el salvador del automovilismo argentino. Quiero que me vean como un piloto que trabaja duro para llegar.”
Talento sí, pero ¿madurez suficiente?
A nivel técnico, Colapinto ha demostrado habilidades destacables: agresividad controlada, buena lectura de carrera y capacidad de adaptación a diferentes condiciones de pista. Su paso por la Fórmula Renault Eurocup y la Fórmula 3 lo consolidó como un piloto versátil. Pero aún hay dudas sobre su madurez estratégica y su manejo bajo presión.
En la temporada 2024, cometió dos errores graves en momentos clave: un choque en la largada en Bakú y una penalización por límites de pista en Austria que le costó un podio. Son detalles que, en la Fórmula 1, pueden marcar la diferencia entre consolidarse o desaparecer.
¿Realidad o humo?
La pregunta sigue abierta. Franco Colapinto tiene talento, respaldo institucional y una base de fanáticos que lo impulsa. Pero también enfrenta un entorno feroz, donde cada error se magnifica y cada paso en falso puede costarle el sueño. Su camino hacia la Fórmula 1 no está asegurado, y dependerá tanto de sus resultados como de las decisiones políticas dentro de los equipos.
¿Es una realidad? Sí, en cuanto a potencial y presencia. ¿Es humo? También, si se lo vende como un piloto listo para ser el próximo Ayrton Senna, como suele suceder en ocasiones en las redes sociales. La verdad, como siempre en el deporte, está en el medio. Y mientras tanto, el debate sigue encendido.
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