En una noche fría en Nueva York, Los Ángeles Dodgers fueron capaces de venir de abajo en diferentes segmentos del Juego 5 de la Serie Mundial para terminar imponiendo condiciones ante los New York Yankees y arruinar las aspiraciones de los aficionados neoyorquinos, quienes ya soñaban con una remontada de los suyos guiada por el despertar de Aaron Judge.
Una victoria sufrida pero victoria al fin. Fueron nueve entradas completas de sufrimiento para ambas escuadras, aunque Dave Roberts y sus pupilos se quedaron con las máximas alegrías al conseguir los cuatro resultados favorables necesarios para alzar el ansiado trofeo de Serie Mundial que los había estado evitando desde aquella campaña de 2020 cuando vencieron a los Tampa Bay Rays y agregaron el séptimo campeonato a su palmarés.
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Jack Flaherty no cumplió pero los bates lo rescataron
Apenas arrancar el cotejo, los Yankees comenzaron a darle esperanza a su público con alargar la eliminatoria al menos un juego más. Produjeron tres carreras en la primera entrada, con jonrones consecutivos de Aaron Judge y Jazz Chisholm, mientras que añadieron una más en la segunda con sencillo remolcador de Álex Verdugo que terminó de amargarle la noche al abridor visitante.
El daño no quedó ahí, sino que en el quinto capítulo, el toletero más productivo de los mulos en lo que iba de postemporada, Giancarlo Stanton, también dijo presente con un cuadrangular solitario que le dio ventaja de cinco a los suyos, poniéndolos como claros favoritos para llevarse la victoria.
Todo se comenzó a complicar para Aaron Boone y sus muchachos en el quinto inning, uno que fue fatídico en el costado defensivo para los Bombarderos y que le costó el encuentro. Una hilada de imprecisiones defensivas hizo que los Dodgers fueran capaces de anotar cinco rayitas e igualar el compromiso. Aaron Judge, dejando caer una línea de frente; Anthony Volpe, con un lanzamiento malo a la tercera base, y Gerrit Cole, no haciendo la asistencia en la primera base para retirar al bateador, fueron los responsables de esa catastrófica entrada para la organización de Manhattan.
Aunque los Yankees retomaron su ventaja en el sexto con elevado de sacrificio de Stanton, la alegría duró hasta la octava, cuando elevados de sacrificio de Gavin Lux y Mookie Betts sellaron el resultado final de 7-6.
Contra las adversidades, los Dodgers logran el objetivo
Es lo que tiene contar con una plantilla colmada de estrellas. A pesar de que los Dodgers no pudieron tener entre sus filas a figuras de su rotación como Clayton Kershaw, Tyler Glasnow o Dustin May; el cuerpo técnico, liderado por Dave Roberts, supo trabajar con sus piezas desde el arranque de la postemporada y, siendo respaldado por el tórrido bateo del lineup, vaya que consiguió los resultados deseados.
«Todo lo que no sea ganar la Serie Mundial será un fracaso», esa era una frase que se repetía día tras día durante la ronda regular, sobre todo luego de las contrataciones multimillonarias de Shohei Ohtani, Yoshinobu Yamamoto y Teoscar Hernández… En el desenlace de la campaña, habiendo lidiado con críticas que los situaban siendo eliminados por los Padres en Serie Divisional, los Dodgers fueron capaces de silenciar a los detractores y adueñarse de la tierra prometida.
Fue solo un juego lo que les permitieron ganar las estrellas de los «Blues» a los Bombarderos del Bronx en el Clásico de Otoño y, pese a que Shohei Ohtani fue anulado de inicio a fin por los lanzadores neoyorquinos, los miembros de la alineación no se cansaron de batear para asegurar las cuatro victorias de la eliminatoria con base en 25 carreras totales ingresadas en los cinco compromisos disputados.
Un MVP más que merecido
No podía ser otro el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial que el primera base veterano que conectó cuadrangulares en los cuatro primeros juegos de la Serie Mundial, Freddie Freeman.
Con dos carreras producidas más en el juego definitorio del Clásico de Otoño, el estelar toletero de los Dodgers, que estuvo lidiando con una lesión de tobillo desde el inicio de la serie, terminó con una docena de fletadas, cinco extrabases, par de boletos y cinco anotadas en 20 turnos al bate. Por si fuera poco, dejó una línea de promedios de .300/.364/1.000.
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