Este sábado, los Cardenales de Lara y los Tiburones de La Guaira cumplieron con el segundo partido programado en el Estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto y el cuarto de la Gran Final. Los escualos llegaron con una cómoda ventaja de tres victorias, sobre el cero de la pajarera roja.
El aspecto anímico pareció no pesar para los aficionados y los jugadores locales, quienes emanaron una actitud bastante positiva y efusiva que les hizo posible, en conjunto con un muy buen rendimiento en el terreno, llevarse su primer juego ganado de la eliminatoria.
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La ofensiva de Cardenales de Lara respondió con lo justo
Los visitantes comenzaron haciéndole daño al abridor rival, Anderson Espinoza, desde el primer capítulo con un doblete de Yasiel Puig que le permitió entrar en carrera a Harold Ramírez y Wilson García.
La alegría de «los Salados» duraría poco, luego de que en el mismo episodio, pero en la parte baja, Jermaine Palacios y Hernán Pérez se fueran «para la calle» y añadieran tres rayitas a la pizarra para darle vuelta a las acciones. Desde ese momento, no volvieron a saber lo que era estar por debajo en el marcador.
El segundo inning fue el de Yojhan Quevedo. El careta de los crepusculares conectó su primer cuadrangular de la serie, remolcando a Odubel Herrera, para aumentar la ventaja de su escuadra a 5-2 y terminarle la salida al serpentinero litoralense Junior Guerra, quien finalizó su apertura con cinco imparables y la misma cantidad de carreras permitidas en una entrada completa de labor.
Los pupilos de «Ozzie» Guillén supieron aprovechar la pequeña sequía ofensiva de sus contrincantes para igualar el box score a 5-5, con una y dos anotaciones en el cuarto y sexto capítulo respectivamente.
No obstante, un sencillo de Quevedo en el séptimo inning hizo hacer erupción el Antonio Herrera Gutiérrez al ser suficiente para que el siempre rendidor Odubel Herrera pisara el home con una infernal carrera desde la segunda almohadilla.
A partir de allí, a pesar de los incansables intentos de ambos lineups de añadir dividendos, el choque mantuvo la pizarra de 6-5 que le facilitó respirar en la serie a la escuadra comandada por Henry Blanco.
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