Las razones por la que el debate sobre un nuevo calendario en el fútbol internacional se ha reanudado son las lesiones de Vinícius Jr. (dos meses y medio de baja), Eduardo Camavinga (dos meses y medio) y Pablo Gavi (ocho meses), figuras de Real Madrid y Barcelona respectivamente. Pero, ciertamente, el virus FIFA afecta a todos los clubes.
«Las selecciones me importan un bledo… Esto me sobra«, dijo un molesto Juanma Rodríguez, conocido panelista de El Chiringuito, cuando debatían sobre la lesión del volante francés.
Ciertamente, parte de la esencia del balompié es el fútbol de selecciones, pero en los últimos años ha sido verdugo de muchos jugadores que han sufrido lesiones por las que se han perdido tramos importantes de la temporada con sus clubes, lo que ha puesto en tela de juicio el calendario internacional.
Luis de la Fuente, seleccionador de España, dijo en su momento que «los buenos jugadores no descansan nunca». Días después, vio cómo Gavi sufría una rotura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y una lesión asociada del menisco externo, en un partido de poca trascendencia ante Georgia (3-1) por las Eliminatorias a la Euro 2024, a la que ya había clasificado.
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El virus FIFA es la enfermedad de un calendario saturado
La exigencia implacable del fútbol moderno, impulsada por las altas esferas (*tos*, la FIFA) que buscan maximizar la rentabilidad económica, ha llevado a un calendario cada vez más apretado. Aunque los jugadores están físicamente mejor preparados que nunca, la acumulación de partidos se ha convertido en un desafío abrumador, afectando negativamente a su rendimiento y aumentando el riesgo de lesiones.
El debate sobre el calendario no es nuevo, pero episodios recientes han avivado las llamas de aquellos que abogan por una redistribución más sensata de los partidos a lo largo del año. Los parones internacionales, en particular, han sido foco de atención y preocupación.
¿Cómo medir el impacto del virus FIFA a nivel de clubes? El mejor ejemplo es el del Real Madrid, que perdió a dos de sus titulares, Camavinga (rotura del ligamento lateral externo de la rodilla) y Vinícius (lesiones musculares, por varias semanas.
De agosto a julio, ambos han proyectado jugar La Liga, Supercopa de España, Copa del Rey, UEFA Champions League y partidos con sus selecciones incluyendo los de la Copa América y Eurocopa, ambos en 2024. Podrían ser, en promedio, más de 60 partidos.
El Barcelona también experimenta las consecuencias de este parón, con la incertidumbre en torno a la participación de Ter Stegen debido a molestias en la espalda y la grave y mencionada lesión de Gavi.
Demasiados parones
Este no es el primer parón de la temporada y la frecuencia de estas interrupciones está generando críticas. Con tres parones internacionales desde el inicio de la campaña, la continuidad de las competiciones de clubes se ve afectada, generando molestias tanto para los clubes como para los aficionados.
A medida que Alemania se prepara para acoger la Eurocopa de 2024 el próximo verano, persisten las críticas sobre la distribución de los partidos de clasificación en el calendario que potencian el virus FIFA. La propuesta de concentrar más partidos internacionales en menos periodos de tiempo, aunque parecen más intensos, gana fuerza entre aquellos que buscan aliviar la carga del calendario actual.
El actual calendario, sobresaturado y fragmentado, suscita descontento generalizado entre jugadores, entrenadores y clubes. Mientras quienes manejan el fútbol continúan beneficiándose, la necesidad de un cambio estructural en beneficio de la integridad física y el rendimiento de los jugadores se vuelve cada vez más apremiante.
Sin jugadores no hay espectáculo, sin espectáculo no hay dinero. Todos están perdiendo la batalla del virus FIFA.
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