Los fanáticos de los Toronto Blue Jays podrían tener un nuevo jugador favorito.
Kevin Kiermaier interpretó al villano en Tampa Bay durante muchos años, zambulléndose en capturas heroicas, robando bolsas y aterrorizando a Toronto de todas las formas más molestas imaginables.
Era todo lo que encarnaban los Rays y tenía todas las herramientas que envidiaban los Azulejos: ajetreo, defensa e implacabilidad cada vez que pisaba el diamante.
Parecía que esta superficie de juego renovada del Rogers Centre fue construida para un jardinero de la talla de Kiermaier.
En una renovación de temporada baja, la pared en el centro se redujo unos pocos pies, prácticamente rogándole a alguien que hiciera una atrapada para salvar el juego. Y dos entradas después de la victoria del martes por 9-3 en el primer partido en casa sobre los Tigres de Detroit, Kiermaier tuvo su oportunidad.
El show de Kevin Kiermaier
«Cuando suceden esas cosas, escucho mis instintos», dijo Kiermaier. «Veo la pelota y mi cuerpo, justo adentro, algo me dice qué hacer».
El agarre en sí fue pintoresco: un fly elevado y arqueado se dirigió a la pista con un jugador solitario acampado debajo. Kiermaier saltó en el aire, enrolló la gema de telaraña y saltó de regreso al césped con una sonrisa mientras sostenía la pelota como un trofeo.
«Fue tan rápido, tan emocionante. Volveré y lo veré probablemente 10 veces esta noche», dijo Kiermaier. «Y la reacción del Rogers Centre fue increíble. Estuve en las nubes toda la noche. Fue muy divertido».
El abridor de los Azulejos, Alek Manoah, dijo que Kiermaier era como «Spider-Man» en el centro. El entrenador John Schneider estaba feliz de que este inconveniente épico ayudara a su club en lugar de obstaculizarlo como en años anteriores.
«Ha estado genial desde el día 1», dijo el patrón sobre Kiermaier. «Es una especie de fotografía rápida de lo que puede hacer».
Los Tigres terminaron colocando tres carreras en esa entrada, pero para Kiermaier, la mecha estaba encendida.
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Un debut en casa exitoso para los Blue Jays
Para la quinta entrada, los Azulejos habían reducido la ventaja de Detroit a una carrera y el impulso estaba aumentando.
La multitud agotada del Rogers Center podía sentir que algo estaba a punto de suceder, pero los fanáticos nunca sospecharon que Kiermaier sería el que daría un gran golpe.
Con un corte rápido, el jardinero central de los Azulejos perforó una línea láser en la brecha. Kiermaier, a toda velocidad como siempre, estaba casi a la mitad de la segunda cuando la pelota aterrizó en el bullpen del jardín derecho, empatando el juego.
Un bateador más tarde, George Springer arrancó sin dudas al jardín izquierdo y central, dándole a los Azulejos una ventaja a la que no renunciarían.
«Tenemos tantas armas diferentes que pueden vencerte de muchas maneras», dijo Kiermaier. «Y esa es la belleza de este equipo».
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Un dúo espectacular en los jardines
La explosiva dupla de Springer-Kiermaier de la alineación le dan a Toronto una de las transiciones de nueve a uno más impactantes en el béisbol, pero la carne del orden también es mortal.
Ayuda cuando Matt Chapman, el mejor bateador de la liga, trae su OPS de 1.323 a Toronto y se suma a su comienzo mortal con un cohete de un jonrón solitario para encender la ofensiva de los Azulejos temprano.
Bo Bichette y Alejandro Kirk se lanzaron profundos en la octava entrada, logrando cinco jonrones en la noche para Toronto, un poco de exceso ofensivo para compensar otra apertura mansa de Manoah.
Blue Jays: Manoah no tuvo la mejor tarde
El as derecho de los Azulejos flaqueó en su primera oportunidad en un primer partido en casa, se quedó atrás con un comando torcido y un calentador fuera de lugar que terminó en el nuevo porche del jardín derecho.
Nada salía crujiente de la mano de Manoah. El control deslizante carecía de fuerza, mientras que la bola rápida y el cambio tampoco tentaron a los bateadores de los Tigres.
Statcast no agregó ningún brillo al comienzo, ya que las velocidades de giro de Manoah en su bola rompiente estaban muy bajas, lo que indicaba una falta de movimiento y una caída en la efectividad.
«Creo que [estaba] pensando mecánicamente», dijo Manoah después de caminar a cinco bateadores en 4.1 entradas. «En las grandes ligas, no es fácil. Tienes que estar concentrado en cada lanzamiento, y… mentalmente no estaba haciendo eso esta noche».
La ofensiva de Manoah lo rescató, y eso se ha convertido en una tendencia para los Azulejos en lo que va del año: quedarse atrás temprano y recuperarse tarde. Incluso con una rotación inestable, Toronto es lo suficientemente temible como para limpiar un equipo como Detroit.
Una vez que los titulares pongan sus piernas debajo de ellos y los Azulejos alcancen su ritmo, este equipo está listo para hacer algo de daño en una difícil división del Este de la Liga Americana.
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