Hablar de Bill Russell es hacer referencia al éxito: fue el jugador con más títulos de la historia de la NBA, con once anillos en total. Pero también es elogiar a un campeón de los derechos civiles para los afroamericanos en Estados Unidos, en tiempos duros, donde dejó su huella dentro y fuera de las canchas.
Russell falleció este domingo a los 88 años, anunciaron sus familiares.
En 13 temporadas, el orgullo de West Monroe, Louisiana, conquistó, además de los once anillos, cinco premios MVP y doce presencias en el All-Star, siempre con la camiseta de los Boston Celtics (1956-1969).
A la par de sus últimos años como jugador, se erigió en el primer entrenador negro en la liga, conduciendo a los Celtics entre 1966 y 1969. Después asumiría las riendas de Seattle SuperSonics (1973-1977) y Sacramento Kings (1987-1988).
La historia de Bill Russell
William Fenton Russell nació en plena Gran Depresión en Estados Unidos, en 1934. Todo el país sufría la crisis originada por el crack económico del 29, pero en la América rural se sentía doblemente. Más, el racismo que se vivía en aquellos momentos.
Contaba Russell dos anécdotas al respecto, como apunta el portal NBA habla castellano. Primero, cuando golpearon a su padre con una escopeta mientras hacía fila en una gasolinera para llenar su vehículo, tras esperar por tres horas a que los blancos pudieran hacerlo.
La segunda, cuando un grupo de policías golpeó a su madre, elegantemente trajeada de domingo, antes de ir a la Iglesia. La obligaron a “vestirse como una negra”, porque «no podía vestir como una blanca».
Finalmente, la familia Russell decidió irse de Lousiana, y migró a California. No obstante, su madre falleció por una enfermedad renal, y la familia sufrió enormemente su pérdida.
Russell jugó en el McClymonds Institute, donde ganó tres campeonatos estatales, y la Universidad de San Francisco lo fichó con una beca deportiva. En sus tres años universitarios ganó dos campeonatos consecutivos (1955 y 1956), “obligando” a la NCAA a realizar cambios en su reglamento, como el del “goal tending” y la ampliación de la línea de tiros libres de seis a doce pies.
St. Louis Hawks lo drafteó segundo en 1956, e inmediatamente Red Auerbach, el legendario entrenador de los Celtics, pidió por su traspado. Comenzaba una era dorada en el equipo bostoniano, aunque para Russell muchas cosas no cambiaron. El racismo en el este norteamericano, sobre todo en una ciudad como la capital de Massachussetts, no distaba mucho del sufrido en el sur del país.
Para muestra el famoso incidente donde un grupo de fanáticos de los Celtics dejó excremento en su cama.
Pero, a pesar de actos como este, Russell se ganó más tarde que temprano el respeto de su afición, a punta de títulos, triunfos y enormes actuaciones. En su haber quedaron los títulos de 1957, 1959-1966 (ocho en fila), 1968 y 1969.
En 963 partidos, Bill Russell dejó un promedio de 15.1 puntos, con 22.5 rebotes y 4.3 asistencias.
El compromiso social de Bill Russell con los derechos de los afroamericanos
Sus 2.08 metros fueron nada al lado de su compromiso social con los derechos de los afrodescendientes en Estados Unidos.
También estuvo al lado del Dr. Martin Luther King en la famosa Marcha sobre Washington, en 1963, donde más de 200 mil personas se reunieron a escuchar al activista que sería asesinado en 1968.
Formó parte del movimiento Black Power, que reivindicaba los derechos civiles. Además, apoyó públicamente a Muhammad Ali cuando se negó unirse al Ejército de Estados Unidos para pelear en Vietnam.
Russell viajó a la infernal Mississipi en 1964 para apoyar la Ley de Derechos Civiles y la de Derechos de Votación. También se convirtió en el primer jugador de la NBA en viajar a África para impartir clínicas de baloncesto, como recuerda Triángulo Deportivo.
Tras su retiro como entrenador, se convirtió en un faro moral para los nuevos jugadores que hicieron historia en el deporte. Todos sabían que, más allá de ser una leyenda en las canchas, era un referente en la lucha por un país más justo.
Steve Kerr resume su aporte: “Lo que hizo por su país, por la sociedad y la comunidad afroamericana, simplemente eclipsa lo que logró en la cancha”.
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