El ala-pívot camerunés, Pascal Siakam, ha tomado el protagonismo que tenía Kawhi Leonard la temporada pasada con los Raptors. La batuta de Toronto está en manos del astro africano.

Leonard se marchó a Los Ángeles Clippers y existían dudas sobre cómo la franquicia canadiense podía llenar su vacío. Lo que muchos no esperaban era la explosión del ‘forward’, líder anotador del equipo con 23.7 puntos partido.

El desempeño de Siakam, con 7.5 rebotes por encuentro, ha sido crucial para que los Raptors estén ubicados en la segunda posición de la Conferencia del Este con récord de 42-16, la tercera mejor marca de toda la liga.

En Hispanic Sports Media contamos cinco curiosidades sobre el ala-pívot de origen africano.

De Douala a la NMSU

Siakam nació en la localidad camerunesa de Douala, el 2 de abril de 1994. Fue descubierto por Luc Mbah a Moute, jugador profesional quien se encuentra sin equipo actualmente. Vio su potencial para el baloncesto en Bafia (Camerún) y convenció al ahora astro de los Raptors a asistir a un campamento de verano en Sudáfrica.

Los tres hermanos mayores de ‘Spicy P’, como llaman a Siakam, habían tenido más interés que él por el basket. pero el que terminó brillando en las duelas fue el ala-pívot de Toronto, quien jugó para la Universidad de Nuevo México State (NMSU) antes de llegar a la liga.

Del seminario a la NBA

Antes de llegar a la NBA y de jugar en el baloncesto universitario, el camino de Siakam parecía estar inclinado hacia la iglesia.

A los 11 años, su padre, fallecido, lo inscribió en el seminario St. Andrews, en la ciudad camerunesa de Bafia, donde fue descubierto por Mbah a Moute. Era el deseo de su progenitor, esperanzado en que Siakam representara el catolicismo de la familia, apoyado en su expediente académico.

Pero a los 15 años, Pascal Siakam se decantó por el baloncesto. A los 16 años, se mudó a Estados Unidos y empezó a escribir su historia.

Su curiosa elección en el draft

Siakam pasó con honores las pruebas en el campamento y estuvo tres años en la NMSU. El primero no jugó por lesión y en el último fue nombrado mejor jugador del año en la Conferencia Oeste universitaria.

En esas selecciones antes de llegar a la universidad, lo vio Masai Ujiri, presidente de operaciones de los Toronto Raptors. «El esfuerzo con el que juega es memorable«, dijo el dirigente en su momento, destacando la potencia física de un joven Siakam de 16 años.

Eso lo llevó al draft de 2019, en el que Ujiri se acordó del camerunés y no dudó en elegirlo como el pick 27.

Objetivo: dar gracias a su padre

Siakam ya ganó un anillo de la NBA con los Raptors, pero antes del glorioso título de la franquicia, el único objetivo del jugador era dar gracias a su padre.

Su progenitor murió en 2014 en un accidente automovilístico mientras estudiaba en Estados Unidos, un suceso que cambió mucho a Pascal Siakam.

El astro de Toronto dijo que su padre que era el mejor hombre que había conocido en su vida y que obligarlo a ir al seminario fue para que aprendiera a trabajar duro, a creer en sí mismo, a ser parte de un equipo.

Destinado a ser estrella

En agosto de 2019, Nick Nurse, coach de los Raptors, había pronosticado que Pascal Siakam se convertiría en la máxima estrella del equipo, luego que la franquicia resultara campeona y que Leonard se marchara a LA.

Pero una cosa es pensarlo y otra cosa es comprobarlo. Con números y resultados, el astro camerunés que pudo ser sacerdote es la nueva estrella de Toronto, que aspira en 2020 a repetir la proeza de la pasada campaña.

Es el momento de que (Pascal Siakam) sea nuestro hombre. Ha jugado muy bien como hombre complementario de otra estrella, pero es el momento de que se convierta en nuestra estrella. Necesitamos que sea nuestra principal referencia ofensiva, el hombre al que todos miren cuando se acerquen los últimos minutos del partido. Le quedan algunos escalones por subir, y creemos que el cielo es el límite para él”.

 

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Guy Acurero - @guy_acurero

Web manager de Hispanic Sports Media, SEO Specialist y futbolero. Con más de 10 años de experiencia en medios de comunicación.

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