Cuando Atila también puede ser capaz de pintar la Capilla Sixtina… Luis Suárez, guerrero de principio a fin, dejó una pincelada –dos, pero la primera fue espectacular- de arte contra la Real Sociedad. El uruguayo anotó un doblete en la remontada del Barcelona en Anoeta, 4-2, por la jornada 19 de la Liga española.
Campo maldito para los culés, en el que no ganaba desde 2007, Suárez se encargó de romper el maleficio. No era fácil: Willian José y Juanmi adelantaron a los vascos en la primera mitad, recortando distancias Paulinho. El árbitro González González anuló un gol que pudo significar el 3-1.
Todo estaba servido para Suárez. El uruguayo comenzó la temporada con una sequía, de la que salió “apenas” en los últimos seis partidos de Liga. Desde el 2 de diciembre suma ocho goles, acumulando 13 en la temporada –segundo en la tabla, detrás de su compañero Lionel Messi-.
El primer gol pagó las entradas en San Sebastián. El nueve recibió un pase del diez desde el centro hacia la izquierda. Suárez, experto en destrozar el arco con misiles, trazó un arcoíris de derecha, cruzado, que bañó al arquero Gerónimo Rulli, entrando por su izquierda.
Corría el minuto 50 y terminaban 88 años –dato de Mister Chip- de silencio: cuando la Real se adelanta en casa en el primer tiempo, el Barcelona no remontaba. Adiós.
Suárez marcó el segundo tanto de la lluviosa tarde al 71, también de primera, pero con mayor potencia y frente a Rulli. Éste sí fue un gol de animal, de depredador.
Messi cerró la fiesta con un zarpazo de larga distancia que hipnotizó al meta de la Real Sociedad, convirtiéndolo en estatua.
“Queríamos seguir en la misma línea, sabiendo que aquí siempre se nos da difícil”, indicó el orgullo de Salto, Uruguay, tras el compromiso. “El equipo jamás bajó los brazos (…) Por suerte se terminó la racha negativa en Liga en este estadio, contentos de ganar en un campo siempre difícil”.
Los catalanes consolidan su liderato con 51 puntos, 19 por encima del Real Madrid, que es cuarto con 32 unidades.