Acabada la primera semana del Tour de Francia y ya metidos en la segunda, es buen momento para hacer un pequeño análisis de cómo están las cosas en la ronda gala, cómo le están yendo las cosas a los pesos pesados del pelotón y resumir lo que nos ha deparado el primer tercio de Tour.
Pogacar llegaba decidido a hacer historia, el doblete Giro-Tour está en su target, algo de extraterrestres como él, ¿y qué mejor que intentarlo en su prime? No se ha escondido nada en la primera semana, todo lo contrario, el esloveno ya era maillot amarillo a la llegada al primer día de descanso en este pasado lunes. Pero volvamos al principio.
Las primeras jornadas discurrieron por Italia, más concretamente por tierras toscanas. Los dos primeros días nos dejaron ya buen ciclismo y algo de épica. DSM nunca olvidará como equipo este Tour, ya que, sin ser para nada uno de los equipos fuertes, se llevó al casillero la primera etapa, por si fuera poco con un primero y un segundo puesto de dos de sus hombres fuertes, Romain Bardet y Frank Van Der Broek. Tan solo por cinco segundos pudieron ganar, cinco segundos que le separaban además de bestias como el propio Pogacar o Van Aert, que llegaban sedientos a dar el primer zarpazo nada más empezar. Desde luego una muy bonita manera de sellar una primera etapa que partió de esa Firenze que se puede definir como la ciudad del arte. Tan solo cinco segundos.
La primera etapa de Tour había sido ya un atracón de montaña para paladares ávidos de ciclismo. La segunda, con un Bardet luciendo un maillot amarillo con el que como buen francés había soñado toda la vida, fue una jornada algo más tranquila. Pero también con un “picoteo” de puertos, eso si, de menor enjundia. A la llegada a Bolonia, nueva sonrisa en el ciclismo francés pues la victoria fue para Vauquelin. Dos etapas, dos victorias francesas en el Tour… Paradójicamente, en tierras italianas.
La primera gran volata que se dio en este Tour se la llevo al zurrón Biniam Girmay, que se está haciendo un hueco ya entre los grandes velocistas del pelotón internacional. El eritreo le ganó la partida a aviones como Pedersen, Jakobsen o Groenewegen.
El Tour entra en territorio galo
La cuarta etapa ya dio paso a territorio galo. Una de esas etapas marcadas en rojo en la primera semana. Perfil ascendente en casi un setenta por ciento de la jornada con tres puertos, dos de segunda categoría y un fuera de categoría, el Galibier nada menos. Por si fuera poco la jornada finalizaba en descenso. Buenos ingredientes en la coctelera. Los grandes no se escondieron y nuevamente aprovecharon una etapa factible para hacer daño para atacarse. Pogacar, Vingegaard, Evenepoel, Roglic y Rodriguez anduvieron con las espadas en lo alto, pero Tadej Pogacar quiso asestar el primer golpe claro a Vingegaard y Roglic. Ataque de Tadej en el Galibier y el bueno de Vingegaard como pudo aguantó unos metros más atrás la embestida. Evenepoel se defendió mejor de lo esperado y al final acabaron agrupándose y haciendo un todos contra Pogi, el cual, hizo un descenso sobresaliente para ganar la etapa y enfundarse el amarillo. En la meta, sacó más de medio minuto a sus principales rivales.
Tras el segundo día de traca de lo que iba disputado, llegó la quinta etapa y con ella una oportunidad para los velocistas. La volata estuvo con todo lo granado de los velocistas de este Tour: Philipsen, Kristoff, De Lie, Jakobsen, Girmay… Y por supuesto, el incombustible y ya histórico Mark Cavendish, que se adjudicó la etapa, una etapa histórica porque hacía que el británico batiera el récord de victorias en el Tour estableciéndola en 35. A la primera semana de Tour no le estaba faltando de nada.
Nuevo duelo de velocistas en la sexta etapa entre Macon y Dijon. En la volata, Groenewegen, quien había rozado gloria en anteriores días donde la victoria se forjó al sprint, por fin cazó la presa. Victoria para el del Jayco con Gaviria y Girmay a la zaga.
Llegó la crono. Nueva jornada marcada, subrayada… Nuevo duelo entre los grandes, unos luchando plenamente, otros peleando contra sí mismos y contra el crono para perder lo menos posible en una especialidad, la lucha contra el crono, despiadada. Evenepoel tenía muy fijada esta jornada y no dudó en aprovecharlo y jugar su baza. El belga se exhibió y consiguió no sólo ganar la etapa, también arrancar doce segundos a Pogacar, quien también hizo un notable desempeño en la crono, algo en lo que el esloveno se encarga de trabajar y pulir especialmente. Con la segunda plaza de Tadej, el maillot amarillo daba otro pequeño mordisco en la general picando más segundos a Vingegaard y Roglic.
La octava etapa iba a ser otra nueva alegría para el bueno de Girmay, y es que, el eritreo sumaba su segunda victoria parcial en este Tour en ella. Así finalizaba la primera semana de este Tour que nos ha dado una primera semana con luchas bonitas por la general donde hemos podido ver un Pogacar decidido y contundente, un Evenepoel que ha dado otro paso más para ser candidato al Tour, y un Vingegaard y Roglic que han tenido una hemorragia de segundos aún salvable y volteable. También nos ha regalado esta primera semana la confirmación de Girmay entre los grandes velocistas, la histórica victoria de Cavendish o la icónica para el DSM con Bardet y Van Der Broek. Sin duda, gran primer tercio de Tour.