El Chase Center se enmudeció este jueves 8 de mayo cuando los Golden State Warriors se vieron superados de principio a fin por unos hambrientos Minnesota Timberwolves, que aprovecharon la ausencia de Stephen Curry y cada oportunidad para llevarse el Juego 2 con un contundente 117-93 y empatar la serie de semifinales del Oeste 1-1.
La distensión en el isquiotibial izquierdo que sufrió el «Chef» en el Juego 1 no solo lo dejó fuera del segundo duelo, sino que también desestabilizó por completo la ofensiva de los Warriors.
Con Curry fuera al menos hasta el Juego 4 —cuando será reevaluado—, Golden State quedó a la deriva en la mitad de la cancha. El resultado fue demoledor: solo 15 puntos en el primer cuarto y apenas 39 unidades en la primera mitad, su marca más baja en esta postemporada.
Para un equipo que vive del tiro de tres, quitarle a su mejor francotirador es como apagarle la luz. Y así lucieron los Warriors: sin chispa, sin ritmo y sin ese toque mágico que solo Curry puede dar.
Los tristes datos de Warriors sin Curry
Draymond Green tuvo un gris 1-6 desde el perímetro, Jimmy Butler III terminó 2-4, Brandin Podziemski no pasó del 1-4 y aunque Buddy Hield mejoró al final con un 4-9, el daño ya estaba hecho.
La defensa de Jaden McDaniels, ala-pívot de los Wolves, fue otro factor clave. Su presión constante limitó el rendimiento de los Warriors: en la primera mitad, los tiradores de Golden State se combinaron para un raquítico 1-8 en intentos marcados por McDaniels, defendiendo a siete jugadores distintos.
Solo Jonathan Kuminga logró superar a McDaniels, mientras que la dupla Butler-Hield se quedó en un preocupante 2-8 en tiros de campo durante los primeros 24 minutos.
Las estadísticas hablan por sí solas: esos 15 puntos del primer cuarto son la menor producción del equipo en un cuarto de Playoffs desde las Finales de 2022 contra los Celtics, cuando solo anotaron 11 en el último periodo del Juego 3. Y los 39 puntos en la primera mitad marcaron un nuevo piso en esta postemporada.
En su afán por encontrar respuestas, el coach Steve Kerr apostó por una rotación atípica: utilizó a 14 jugadores diferentes en la primera mitad, un registro inédito en los playoffs desde al menos 1998. Aun así, la fórmula no funcionó. De esos 14, solo Kuminga (18 puntos) y Trayce Jackson-Davis (15 puntos) lograron destacarse, pero el resto no pudo equilibrar la balanza. En total, los suplentes aportaron apenas 41 puntos.
El drama del tiro exterior
El tiro exterior fue un naufragio colectivo: De acuerdo con ESPN, los Warriors cerraron el partido con un pobre 28.1% de efectividad desde el triple (9 de 32). Sin Curry, no hubo quien cocinara los puntos necesarios.
Mientras tanto, del otro lado, el dúo explosivo de Anthony Edwards y Julius Randle fue letal. Se combinaron para 44 puntos, con más de 5 rebotes y 5 asistencias cada uno, uniéndose a las históricas parejas de la franquicia como Jimmy Butler y Andrew Wiggins, y Kevin Garnett con Terrell Brandon, quienes lo lograron tres veces en la postemporada de 2018.
Los Timberwolves no solo empataron la serie, sino que enviaron un mensaje claro: si los Warriors no recuperan a su número 30, el panorama se oscurece peligrosamente en el Oeste.
El Juego 3 entre Golden State y Minnesota se jugará este sábado 10 de mayo.
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