En una noche vibrante en las instalaciones del Gainbridge Fieldhouse, los Indiana Pacers lograron lo que parecía improbable: derrotaron con marcador de 108-91 al favorito Oklahoma City Thunder en el Juego 6 de las Finales de la NBA, igualando la serie 3-3 y forzando un decisivo séptimo encuentro que es más que seguro tendrá toda la acción y emoción, multiplicado por 3 veces que tuvo este sexto encuentro.
Desde el salto inicial, los dirigidos por Rick Carlisle impusieron su ritmo de juego y simplemente demostraron lo que es necesario a la hora de respetar la casa. Con un segundo cuarto demoledor (36-17), Indiana tomó el control del partido y nunca miró atrás, en lo absoluto. Andrew Nembhard fue el hombre líder del lado ofensivo con un total de 17 puntos en su favor, mientras que Tyrese Haliburton, aún limitado físicamente por problemas en una de sus piernas, aportó 14 unidades y fue capaz de repartir 5 asistencias en una actuación de mucho coraje.
Mención honorifica para Obi Toppin quien en 23 minutos en cancha colaboró con 20 unidades, 6 rebotes y 4 de 7 en lanzamientos de 3 puntos.
No fue la noche de Gilgeous-Alexander
El Thunder, que llegaba con ventaja en la serie y la oportunidad de coronarse campeón por primera vez desde su mudanza a Oklahoma, tuvo uno de sus peores partidos en las finales de la campaña actual. El base armador canadiense y reciente Jugador Más Valioso de la temporada regular, Shai Gilgeous-Alexander, su estrella, no logró encender la chispa ofensiva, y el equipo apenas anotó 17 puntos en ese fatídico segundo cuarto. El base apenas pudo colaborar con 21 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias, números muy bajos a diferencia de lo que se tiene acostumbrado a disfrutar de un jugador como Shai.
Otro que no tuvo su mejor noche fue sin duda el centro Chet Holgrem, una de las piezas más importantes en el costado defensivo y ofensivo del equipo del Thunder; el egresado de la Universidad de Gonzaga apenas y pudo colaborar para la causa del City con 4 puntos, 6 rebotes y sin asistencias en un total de 24 minutos sobre la duela. Si para el 7mo juego, Holgrem no consigue remontar este bajón ofensivo, el posible campeonato del Thunder se estaría complicando más de lo debido y querido por parte de los aficionados del equipo azul y blanco.
Las estadísticas reflejan el dominio local: Indiana superó a Oklahoma en rebotes, asistencias y porcentaje de tiros de campo. A pesar de una reacción tardía en el último cuarto (31 puntos), los visitantes no lograron reducir la brecha construida por los Pacers en los primeros tres períodos. Se demuestra una vez más que el sexto hombre perfecto para los Pacers son sus fanáticos, quienes apoyan desde el salto inicial hasta el final de las acciones, y esto ha demostrado que puede ser y hacer la diferencia sin lugar a dudas.
La afición de Indiana está en otro nivel
Con esta victoria, Indiana no solo mantiene viva su esperanza de conquistar su primer título de la NBA, sino que también le regala a toda la afición del baloncesto, un juego 7 que promete ser histórico. Será la primera vez desde 2016 que las Finales se definan en el último partido.
El desenlace está servido y es mejor aprovecharlo ‘calentico’ y sin demoras. ¿Quién levantará el trofeo Larry O’Brien? El lunes esta pregunta será respondida de una vez por todas.
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