La temporada de Los Ángeles Lakers terminó con un sabor más agrio que dulce. Después de terminar terceros en la Conferencia Oeste, los angelinos fueron sorprendidos por los Minnesota Timberwolves, sextos, quienes firmaron un contundente 4-1 que barrió con las ilusiones de los californianos en la primera ronda de los Playoffs NBA.
Con la llegada de Luka Doncic antes del cierre del mercado, el ambiente en la franquicia se impregnó de optimismo. Pero la realidad golpeó fuerte: los Playoffs dejaron al descubierto múltiples debilidades y dudas.
1. JJ Redick y su apuesta sin cambios
Uno de los momentos más polémicos de la serie ocurrió en el Juego 4. En una noche cerrada que acabó 116-113 a favor de los Timberwolves, el entrenador JJ Redick tomó una de las decisiones más insólitas que se recuerden en la historia reciente de la liga: no hizo una sola sustitución en toda la segunda mitad.
Los únicos cinco jugadores en cancha durante ese período fueron Doncic, Reaves, LeBron, Hachimura y Finney-Smith. De acuerdo con ESPN, no hay antecedentes de algo similar desde que se registran datos jugada a jugada en Playoffs, es decir, desde 1996.
Confiar en los titulares puede ser entendible, pero ignorar el banco cuando hay piernas cansadas fue, para muchos, un error difícil de justificar.
2. El físico: una deuda pendiente
Tras ser superados ampliamente por 127-85 en el último partido de la serie, el propio Redick reconoció que el acondicionamiento físico del equipo fue insuficiente.
“Tenemos mucho camino por recorrer como plantilla. Hay jugadores que estaban en una forma fenomenal, pero otros claramente no“, admitió (vía ESPN) en la conferencia de prensa que marcó el cierre de la temporada.
Aunque evitó dar nombres, la crítica apunta especialmente hacia Luka Doncic, cuyo historial con problemas de peso y condición física ya era bien conocido desde su etapa en los Mavericks. El desplome del equipo en los últimos cuartos fue notorio, y evidenció que no todos estaban preparados físicamente para soportar la exigencia de una serie intensa.
3. Los Ángeles Lakers no iban a ser campeones sin pívots
Los Ángeles Lakers intentaron reforzarse bajo el aro, pero el fichaje de Mark Williams se frustró por un problema médico que impidió cerrar el traspaso. Así, el equipo debió conformarse con Jaxson Hayes como pívot titular y con la incorporación de Alex Len para dar profundidad… sin mucho éxito.
Len fue un espectador de lujo durante la temporada regular y no tuvo impacto alguno en los Playoffs. Por su parte, Hayes ni siquiera pisó la cancha en el Partido 5, dejando al equipo sin un protector del aro confiable ni un socio ideal para Doncic en las jugadas de pick and roll, como lo fueron Dereck Lively y Daniel Gafford en Dallas.
La consecuencia fue clara: jugadores como Anthony Edwards y Julius Randle hicieron lo que quisieron en la zona pintada, y Rudy Gobert se adueñó de los tableros. La pintura fue, sin dudas, un terreno enemigo para los angelinos.
4. Una defensa con grietas
Los problemas en la retaguardia se hicieron evidentes a lo largo de la serie, especialmente en el Juego 5, donde Gobert se despachó con 27 puntos y 24 rebotes. Si bien es fácil señalar a Doncic por sus conocidas carencias defensivas, el verdadero problema fue estructural: la falta de efectivos adecuados para defender el aro y sostener un plan sólido.
A pesar de un breve destello en el Partido 2, Los Ángeles Lakers no lograron contener el poderío ofensivo de los Timberwolves. Sin un interior dominante y con múltiples errores de rotación, el equipo angelino fue cediendo terreno hasta quedar eliminado.
¿Y ahora qué para Los Ángeles Lakers?
Pese a contar con talento de élite, estos Playoffs dejaron claro que Los Ángeles Lakers aún tienen muchos aspectos por ajustar si quieren alcanzar su ansiado 18° título. Mejorar el estado físico, rearmar la defensa y reforzar el juego interior son tareas pendientes en el horizonte.
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