A mano de Steph Curry los Warriors vuelven a la victoria. 

Los Golden State Warriors, a mano de Steph Curry, consiguieron una victoria dominante esta noche frente al Orlando Magic con un marcador de 120-97 en el Chase Center, en un partido que quedará marcado tanto por el extraordinario nivel de Stephen Curry como por un momento tenso entre Draymond Green y el entrenador Steve Kerr durante el tercer cuarto. 

Desde el salto inicial, se sintió que los Warriors controlarían el ritmo del juego. Aunque Orlando mostró resistencia en la primera mitad, Golden State encontró su impulso en el descanso y salió con una energía imponente para tomar el control absoluto del partido. Esta victoria es especialmente importante para los Warriors, que han mostrado señales de inconsistencia recientemente y necesitaban reafirmar su identidad como un equipo capaz de dominar con autoridad.

La energía de Steph Curry marcó el ritmo del juego. 

Stephen Curry fue, una vez más, la figura central del triunfo. El veterano base lideró la ofensiva con 26 puntos, incluyendo una actuación notable en el tercer cuarto — el mismo periodo en el que se produjo el altercado entre Kerr y Green — con tiros de larga distancia, penetraciones incisivas y una lectura del juego que desarmó la defensa del Magic.

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Curry no sólo fue eficaz en su producción ofensiva, sino que también fue un motor emocional para sus compañeros, alentándolos a elevar el nivel cada vez que los visitantes intentaban acortar distancias. Su impacto fue fundamental para que los Warriors abrieran una ventaja que nunca volvió a peligrar.

Brandin Podziemski brilló la noche de hoy. 

Aunque el enfoque principal siempre recae en Curry cuando tiene una actuación dominante, los Warriors recibieron importantes contribuciones de otros jugadores. Brandin Podziemski tuvo una noche sólida viniendo desde el banquillo, aportando 16 puntos, además de 5 asistencias y 4 rebotes, ejerciendo una influencia positiva tanto en el ataque como en la rotación defensiva. Su +36 en el +/- del partido reflejó cuán efectivo fue cuando estuvo en la cancha, y subraya la necesidad de que Golden State cuente con múltiples armas ofensivas en un calendario exigente.

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Sin embargo, la noche no estuvo exenta de tensión. Durante el tercer cuarto, se produjo una discusión acalorada entre Steve Kerr y Draymond Green en medio de un tiempo muerto. El intercambio fue lo suficientemente serio como para que Green se dirigiera al vestuario y no regresara a jugar el resto del encuentro. Aunque el equipo técnico y los propios Warriors no han ofrecido detalles completos aún, la situación fue notable y llamó la atención de los fanáticos presentes en el Chase Center.

Pese a esto, el equipo mantuvo la concentración, y la ausencia de Green en los minutos finales no impidió que Golden State cerrara el partido con autoridad.

Orlando Magic nos tuvo en la primera mitad. Pero no fue suficiente.

Mientras Orlando contó con una actuación destacada de Paolo Banchero (21 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias), la profundidad y ejecución de los Warriors marcó la diferencia. Golden State dominó la segunda mitad, especialmente después del descanso, con una defensa más agresiva que provocó errores del Magic y un ataque más fluido liderado por Curry. 

La victoria de esta noche reafirma que, cuando Stephen Curry está encendido, los Warriors pueden imponerse de manera contundente, incluso en medio de momentos de distracción o tensión interna. Su liderazgo dentro y fuera de la cancha sigue siendo crucial para el estilo de juego ofensivo y defensivo del equipo. Con actuaciones colectivas como la de hoy y el aporte de jóvenes talentos como Podziemski complementando al núcleo veterano, Golden State muestra que puede competir con cualquier rival de manera consistente.