Duelo cinco estrellas en el Emirates, Arsenal vs Liverpool, uno de los grandes partidos de la Premier League. Ambos equipos llegaban con necesidad de ganar por jugar contra rival directo y por tener en el punto de mira al Manchester City, quienes ya hicieron ayer sus deberes.
Tras un pequeño tanteo en el principio de partido, el primer gol llegaría pronto, a los ocho minutos de encuentro y por parte del Arsenal. Balón de White a la espalda de la defensa y Saka por velocidad llegó cómodo a las inmediaciones del portero del Liverpool para batirle y poner el 1-0 en el marcador.
Salah la tuvo para el empate tras un error en un pase horizontal defensivo de los gunners que Mikel Merino no pudo controlar. Uno de esos pases que nunca se deben hacer. Preludio de lo que acontecería y es que el Liverpool empezó a apretar y en un saque de esquina botado por Alexander-Arnold, Van Dijk establecería el empate en un remate de cabeza.
Quedaba claro que el partido iba a ser de rock n roll, como pide un Arsenal-Liverpool, y sólo llevabamos veinte minutos. El medio del campo tornó a ser mero lugar de paso para ambos equipos, ninguno de los dos tenía un dominio predominante y el juego era rápido, un box to box contínuo. El Arsenal tenía mayor posesión claramente, pero el partido pese a ello, estuvo muy igualado todo el primer tiempo.
Al filo del descanso Mikel Merino se desquitaría de su error, y de que manera, marcado el 2-1 para el Arsenal tras remate de cabeza en una falta sacada por Rice.
Un Liverpool que lo buscó y lo consiguió
Entrados ya en el segundo tiempo, llegó un contratiempo para los locales con la lesión de Gabriel, que se tuvo que marchar al vestuario. Entraría en sustitución Kiwior. El primer cuarto de hora tras el descanso mostró un Liverpool decidido a ir pronto a por el empate, pero la suerte no acompañaba y el Arsenal aguantaba bien el impulso y se mantenía bien ordenado defensivamente.
El partido rondaba la mitad de la segunda parte y el Arsenal seguía aguantando los ataques de los hombres de Slot, apenas pasaban los gunners del medio campo pero el Liverpool seguía sin conseguir premio. Timidamente los locales comenzaron a salir de la cueva, y tuvieron algunos minutos de recordar quien mandaba en el marcador.
Por fin en una contra el Liverpool obtuvo el merecido empate que llevaba toda la segunda parte buscando. Darwin le dejó en bandeja un balón a Salah que el egipcio mandó al fondo de la red. El Liverpool estaba dispuesto a aprovechar la inercia positiva y seguía al mando tanto en posesión como a la contra, con un Salah y Darwin muy conectados.
Ambos equipos lo intentaron bastante en el descuento pero el partido no daría para más y el resultado acabaría en tablas.
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