Tras el parón de selecciones regresó La Liga y tras la victoria del Real Madrid en el Reale Arena, al Barça le tocaba dar puñetazo encima de la mesa para seguir afianzando un liderato que ostentaba con pleno de victorias. Los de Flick visitaban Girona, un escenario de infierno para ellos el año pasado pero que en esta temporada ha sido un plácido paseo.
El partido comenzaba con un dominio del Girona de puro espejismo. Ni quince minutos le duró el arreón inicial a los locales antes de que el Barcelona se pusiera manos a la obra. El decálogo de un Barça de Flick que ya empieza a ser muy reconocible y carácterístico entró en escena, juego rápido, combinativo, sin conceder, con verticalidad y una presión axfisiante al rival. Con estos ingredientes y la calidad de los blaugrana la maquinaria comenzó a funcionar y a la media hora de juego Lamine Yamal hacía el primero. La estrella principal del equipo pese a su juventud se ha marcado un primer tiempo de dulce, decidiendo él mismo el partido pues el segundo, también salió de sus pies en un remate colocado al palo más lejano del portero.
La primera parte casi liquidada y el partido también, no sólo por el 0-2 que campeaba en el marcador, sino también porque la sensación del Girona, era la de necesitar un salvavidas en pleno Océano Atlántico. El Barcelona seguía apretando en pos del tercero cuando en una aislada ocasión del Girona el árbitro señaló penalty a favor de los locales por mano de Iñigo Martínez en un centro al área de los gironís. Cuando Abel Ruiz se disponía a lanzar la pena máxima el colegiado fue llamado al VAR y este consideró que no había penalty.
Segunda parte con más goles y bajando el ritmo
La segunda parte comenzó con un Girona aún noqueado y un Barça que seguía enchufado, pues a los dos minutos del reinicio, Dani Olmo, otro campeón de Europa de selecciones, ponía el tercer gol. Así las cosas, Flick puso casi todo el banquillo a calentar para ir haciendo rotaciones.
Yamal tendría después ocasión de hacer hat trik y Lewandowski erró dos ocasiones pintiparadas, una tras una gran combinación colectiva y la otra en un remate casi a placer. El partido podía acabar en manita.
Tsygankov la tendría para el Girona pero prácticamente tras esa jugada llegaría el cuarto culé. Pedri firmó el tanto pero medio gol fue de un Marc Casadó que le puso un pase digno de Michael Laudrup, dejándolo sólo contra el guardameta. El partido poco a poco iba perdiendo gas al estar decidido, pero no dejaba de ser entretenido y seguían llegando ocasiones.
Poco después llegaría el tanto del honor para los de Michel, Portu puso un pase casi de la muerte a Stuani tras librar a Ter Stegen y el uruguayo la mandó a la red. El Barça se quedaría con diez en el campo en una acción de Ferrán Torrés, quien no llevaba en el rectángulo de juego ni veinte minutos. Poco tiempo para más y el partido finalizó con una contundente victoria blaugrana.
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