En una contundente actuación, los Buffalo Bills derrotaron a los Miami Dolphins 31-10 en el Hard Rock Stadium, sellando su regreso a casa con un récord invicto de 2-0 tras triunfos en las primeras dos semanas de la nueva temporada de la NFL, con un James cook estelar.
Cook fue el gran protagonista de la noche, con tres touchdowns en la primera mitad que destrozaron la defensa de Miami. Por otro lado, las intercepciones de Ja’Marcus Ingram sellaron el destino de los Dolphins, quienes sufrieron tanto en la ofensiva como en la salud de su mariscal de campo, Tua Tagovailoa.
La caída de Miami fue categórica, la décima en sus últimos 11 enfrentamientos con su rival de División, pero el partido dejó una preocupación mayor para los Dolphins: la conmoción cerebral que sufrió Tagovailoa en el tercer cuarto, quien ya había lanzado tres intercepciones, una de las cuales fue devuelta para touchdown por Ingram.
Tagovailoa abandonó el partido tras el golpe, en una imagen que dejó a jugadores y aficionados preocupados, sabiendo que el mariscal de campo ya había lidiado con dolencias similares en el pasado.
La gran noche de James Cook
El mariscal de campo de los Bills, Josh Allen, afrontaba el juego con una lesión en su mano izquierda, pero contaba con que James Cook asumiera el protagonismo. Con sus tres touchdowns, el corredor igualó su total de anotaciones terrestres de las dos temporadas anteriores en un solo partido.
Su primera anotación llegó tras una intercepción de Ingram, con un pase de touchdown de 17 yardas de Allen en la primera serie del partido. James Cook continuó dominando, logrando su segundo touchdown con un acarreo de 1 yarda en el segundo cuarto, y poco después, corrió 49 yardas sin ser tocado para cerrar una primera mitad espectacular.
Este impresionante desempeño no solo colocó a los Bills en una cómoda ventaja de 24-7 al medio tiempo, sino que inscribió a James Cook en los registros de la NFL, siendo el séptimo jugador desde 2006 en lograr un touchdown de 49 yardas sin ser tocado. En total, Cook acumuló 78 yardas en 11 intentos, contribuyendo significativamente a las 108 yardas terrestres de su equipo.
Por su parte, la defensa de Buffalo demostró su fortaleza, frenando de manera efectiva la velocidad explosiva de los Dolphins y limitando sus intentos de grandes jugadas. Tagovailoa tuvo una noche para el olvido mientras estuvo en acción, completando 0 de 4 pases de más de 15 yardas y apenas 2 de 8 intentos de 10 yardas.
Este segundo triunfo seguido, la demostración de que la línea ofensiva no depende solamente de Allen y que la defensiva puede frustrar a cualquier mariscal de la élite son hechos que demuestran que los Buffalo Bills vuelven a ser serios candidatos para el Super Bowl.
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