Primera semana completada del Giro de Italia y los pronósticos sobre la victoria de Pogacar se quedan cortos. Mucho queda por disputarse de la Corsa Rosa pero, el dominio que Tadej Pogacar ha decidido plasmar desde el principio es completamente incontestable. Si, lo ha decidido porque tiene esa potestad, no sólo por la calidad y logros que le tienen ya entre los mejores ciclistas de al menos, este siglo, sino también, por el momento de forma en el que ha llegado a un Giro que tenía subrayado en su calendario de competiciones para 2024.
Pogacar exhibe un ciclismo de calidad en casi cualquier tipo de condición y cualquier perfil de etapas, también en todo tipo de pruebas, y ante todo lleva el espectáculo y el hambre de victoria por bandera. Poco amigo de guardar, especular o planificar cuando y dónde dar el zarpazo, Pogacar si puede atacar, lo hace, sin miramientos y con la victoria entre ceja y ceja. Así lo ha demostrado a lo largo de su carrera deportiva y así lo está haciendo en su primer Giro, al que ha llegado decidido a endosárselo en el zurrón lo antes posible.
De rosa desde el segundo día
La primera etapa de este Giro ya estaba dispuesta a que los gallos empezaran a medirse y el espectáculo no se hiciera esperar ni medio segundo. Pogacar no defraudó y sacó a relucir ante los demás aspirantes las piernas con las que había llegado al Giro. La atractiva llegada a Turín tras bajar el pico de Bivio di San Vito era terreno propicio a ataques y el esloveno se disputó hasta el final la victoria con un Narváez que finalmente y con total merecimiento ganó la primera de la corsa rosa.
La cosa seguía entonándose en el recorrido planificado para este Giro y en la segunda etapa esperaban tres puertos en los últimos cuarenta kilómetros de etapa, final en alto con un primera categoría. Al segundo día ya se acabaron las contemplaciones y Pogacar atacó sacando casi medio minuto a los principales rivales en meta, Daniel Martínez, Geraint Thomas, Einer Rubio entre otros. Buen golpe del esloveno, directo al mentón de sus rivales.
En los siguientes días llegaría la primera victoria española, de la mano de un Pelayo Sánchez que ganó al sprint y aseguró al menos una victoria parcial para el conjunto de Movistar. Segunda victoria latina pues la primera llegó en la mismísima primera etapa con el ecuatoriano Jhonnatan Narváez.
La séptima etapa era otra prueba de fuego, contrarreloj de cuarenta kilómetros con final en alto. Filippo Ganna marcó la pauta como es común en él durante las etapas que desafían el crono. Todo hasta que llegó el esloveno vestido de rosa y dejó claro que incluso en el arte de machacar el crono iba a ser el jefe en este Giro. Pogacar «picó» 1´40´´ a Martínez y dos minutos a Thomas. Definitivamente el de UAE dejaba claro que salvo desgracia o un mal día extremo para Tadej, el resto iban a tener que disputarse el podio y resto de maglias… las diferencias en la general se habían ido a casi tres minutos respecto a Daniel Martínez, segundo clasificado. La rosa ya lleva marca registrada en este 2024.
Hoy nuevamente jornada importante con llegada a Prati di Tivo y nuevo final en alto, día de controlarse y el grupo de favoritos dejó fluir la escapada hasta la subida final donde fueron absorvidos. A partir de ahí pleno control del UAE salvo contadas intentonas, la llegada se tornó a un sprint entre varios de los favoritos y Pogacar volvió a adjudicarse la victoria, segunda consecutiva y tercera en lo que va de Giro… ¡Una semana! El lienzo de este Giro parece estar muy definido por parte del esloveno pero, dos semanas por carreteras italianas distan aún de la que puede ser su primera maglia rosa.
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