Luego de más de dos décadas de carrera, Grenddy Perozo decidió dar un paso al costado. El autor de uno de los goles más gritados en la historia de la Vinotinto, el 3-3 contra Paraguay en Copa América 2011, ahora tiene como objetivo dirigir o gerenciar.
No es fácil el cambio en el día a día, pero es cuestión de adaptación. El fútbol siempre estará allí, ya no esforzándose para entrar en el campo, sino estudiando para trabajar detrás de la línea.
Grenddy conversó con Hispanic Sports Media sobre su actualidad, los técnicos que influyeron en él y lo que más extrañará, además de sus metas planteadas para esta nueva etapa en su vida.
—¿Cómo tomó el paso hacia el retiro?
—En los últimos 3, 4 años me fui preparando para ser entrenador y para ser gerente, siempre vinculado al deporte. Una vez vi una entrevista con Greivis Vásquez, NBA, ganó todo con la Universidad de Maryland. Decía: ‘El que fue deportista de alto rendimiento, al retirarse, debía dedicarse a lo que toda su vida hizo como profesional’. Como deportista de élite uno acumuló tanta experiencia dentro de un camerino, en las concentraciones, que sería absurdo no dedicarse a eso post retiro. Después de mi preparación, ya puedo entrenar un equipo profesional, y es algo que se ve constantemente en la nueva generación de futbolistas: no espera al retiro para planificar, sino hacerlo antes del retiro.
—¿Cuáles fueron los entrenadores que más influyeron en la carrera de Grenddy Perozo?
—Tengo tres técnicos que marcaron mi carrera: el primero, César Farías; el segundo, Lino Alonso; el tercero es Jhonny Ferreira. Esos tres engloban lo que me inspiró a devolverle al fútbol todo lo que me dio. Son tres técnicos que me influenciaron, que fueron mentores para que yo decida ser entrenador.
—¿Y qué tomaría de cada uno de ellos?
—Pregunta difícil. Mi mentor desde niño, no solo hablando de lo futbolístico, sino de vida, es César Farías. Me gustaría tener su carácter e inteligencia, el saber manejarse con los jugadores.
De Lino me gustaría obtener toda su filosofía de vida, su visión, su pensamiento. Desde que estábamos en las categorías menores ya era un adelantado, forjando el carácter de los jugadores pequeños, de los jóvenes, enfilándolos a que no solo fueran futbolistas, sino personas de bien.
Y de Jhonny, el manejo tan inteligente que tiene con los jugadores, ese no tener miedo, que también es un don de César. Descubrir el talento y confiar en él, para desarrollar cantera, estructura.
Los tres son muy parecidos, se conjugan entre sí. Pero iré forjando mi propio estilo, mi propio carácter, explorando.
—Hace poco sumó la experiencia de estar en La Vinotinto TV como comentarista. ¿Cómo se sintió?
—Antes de mi retiro me tocó el tema de La Vinotinto TV, me gustó bastante comentar y analizar. Fue un comienzo lindo, explorando varios ámbitos, pero siempre relacionado con el fútbol. En Monagas me han dado esa libertad de poder explorar en lo gerencial y en lo deportivo, en el campo. Estoy agradecido con el club.
—¿Qué es lo que más extraña de la vida como futbolista profesional?
—Pienso que ese día a día, de compartir con los compañeros, de entrenar, porque es lo que me ha gustado toda la vida. La competitividad por un puesto. Eso es lo que más extrañaré. Pero hasta ahora no he tenido mucho tiempo para extrañar, porque ocupé mi cabeza trabajando, haciendo otras cosas.
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