A comienzos de la temporada no lo esperábamos, pero cuando el castillo de naipes empezó a derrumbarse, el pronóstico común era que los Lakers iban a protagonizar el peor de los fracasos. Y así fue.
La franquicia de Los Ángeles hizo todo lo que tenía que hacer para quedar fuera, incluso del Play-In. Perdió contra los Phoenix Suns 121-110, justo después que San Antonio Spurs respondiera con triunfo ante los Denver Nuggets 116-97 y se quedara con el cupo.
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— Los Angeles Lakers (@Lakers) April 6, 2022
Con un terrible registro de 31-48, con apenas 50 por ciento de eficacia en casa, apenas 11 triunfos como visitante y un terrible promedio de puntos permitidos por partido de 114.8, a los Lakers de LeBron James y compañía solo les queda pensar en la próxima campaña. Pero, ¿qué factores influyeron para que los púrpura y dorado sucumbieran este año?
El calvario de las lesiones
No es la excusa de los Lakers, especialmente porque el equipo de Frank Vogel no contó con la considera su mayor arma ofensiva: Anthony Davis.
La Ceja arrastra problemas físicos desde julio de 2020 y en la presente campaña solo jugó 40 encuentros. Esguinces de tobillo, tendón de Aquiles, ingle, dedos, rodilla… demasiados problemas.
Rumbo al inicio de la 2021-2022, con un plantel renovado y repleto de veteranos, Talen Horton-Tucker, Kendrick Nunn y Trevor Ariza, jugadores llamados a ser claves, cayeron lesionados y se perdieron el arranque del curso. De hecho, el propio Nunn todavía no ha jugado un solo minuto en esta temporada pese a ser el quinto jugador que más cobra ($5 millones).
Siempre hubo dudas con el físico de Anthony Davis, pero calló bocas en su primer año en LA. Los problemas llegaron luego del campeonato, perdiéndose el 29 por ciento de los partidos desde que llegó a Lakers y registrando acción en el 47% desde que se coronó en octubre de 2020.
Lo deportivo: irreconocible
Cuando ocurren este tipo de fracasos, es muy normal apuntar al entrenador. En el caso de Vogel, quien fue el mismo que estuvo al frente del equipo que ganó su último trofeo, ocurre una particularidad: ya no puede hacer de los Lakers el mismo trabajo defensivo que antes.
En este curso, los californianos son el octavo peor grupo en defensa y concediendo 112,8 puntos por 100 posesiones a sus rivales. Y lo más alarmante: es el peor dato en la historia de Los Ángeles Lakers.
¿Tiene responsabilidad el entrenador? Sí, pero el rendimiento nunca va a ser igual si la base de jugadores con las que logró formar un equipo muy bueno defensivamente ya no está, los resultados con otros nombres no será tan positivo.
Además, más allá de los 30.3 puntos por juego de LeBron James en la temporada, los Lakers no fueron de temer a la ofensiva, y como argumentan todos los coaches de baloncesto: las sensaciones de un lado son contagiosas para el otro extremo de la cancha.
Lo gerencial: un desastre
Russell Westbrook es el rey del triple-doble. Los amantes de las estadísticas incluso lo han candidateado a ingresar algún día al Salón de la Fama. Pero su paso en Lakers ha traído más defectos que virtudes al equipo.
Los Lakers que fueron campeones se caracterizaron por tener un roster profundo, con varias opciones, con varias formas de pararse en el tabloncillo, dándole la pelota a LeBron James y que él orquestara. Los jugadores podían descansar más, habían opciones que podían cubrir a otras igualando o incluso mejorando el rendimiento.
Pero el generte general Rob Pelinka apostó por Westbrook esta campaña y se desprendió de Montrezl Harrell, Kentavious Caldwell-Pope y Kyle Kuzma, y el resultado fue un plantel con menos variantes, sin respuesta desde banca y eliminado de todo.
Todo el límite salarial se concentró en los pagos a James, Davis y Westbrook, por lo que Los Ángeles tuvo que apostar por veteranos en la agencia libre con sueldo mínimo y jugadores que, honestamente, no tienen el nivel para jugar en una franquicia tan exigente.
Y lo más preocupante, mucho más que esta eliminación, es el futuro. Porque salarialmente, poco ha cambiado en LA. Ay, los Lakers…
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