Lionel Messi ganó su séptimo Balón de Oro este lunes, en la ceremonia organizada por la revista France Football. El argentino hizo valer la Copa América conquistada ante Brasil en el Maracaná para cerrar, con broche de oro, un año complicado.
Complicado por la situación administrativa y deportiva del Barcelona (sin ganar Liga ni Champions), por su salida dramática, por su llegada al PSG y las dificultades en la adaptación. No obstante, justo es reconocer: se mantuvo en un nivel superlativo en el club catalán (marcar 30 goles en una temporada, aunque nos haya malacostumbrado, no son cualquier cosa).
En total anotó 41 goles en 57 partidos, con 17 asistencias, ganando la Copa del Rey con el Barcelona, la Copa América con Argentina y el Pichichi de La Liga. También fue designado como Mejor Jugador de la Copa América.
Cuatro goles y cinco asistencias en la Copa América, liderando a una Argentina inspirada que se coronó en un marco inmejorable, el Maracaná con Brasil al frente, rubricaron la entrega del Balón de Oro.
Robert Lewandowski terminó en el segundo lugar, con 64 goles en lo que va de año calendario, tras ganar la Bundesliga, pero sin conquistar la Champions. Al polaco, que merecía ganar el BdO de 2020 (alzó la Champions y anotó 47 goles) que terminó suspendido por France Football alegando la pandemia, le entregaron un premio sacado de la nada: Delantero del Año. Cuando decimos “sacado de la nada” es que nunca había existido, y cuidado si no hay garantía de que se entregue en 2022.
La intención de France Football era tenerlos a todos contentos. Pero es imposible, y menos en el planeta balompié.
El valor de la Copa América para el Balón de Oro de Leo Messi
Existe un detalle: ¿es suficiente la Copa América para ganar un premio como el Balón de Oro? Tony Cherchi, prestigioso periodista venezolano, opinaba que si así lo hubiese sido, Arturo Vidal pudo haberlo ganado en 2016, año en el que también sumó la Bundesliga y Copa de Alemania con Bayern.
Cherchi coloca también el ejemplo de Roberto Firmino en 2019, donde el brasileño ganó Copa América con su país y la Champions con Liverpool. El Balón de Oro de ese año fue para… Lionel Messi.
No valió de nada la Copa del Mundo de 2010 para Xavi o Andrés Iniesta, pero sí la gran temporada individual para el que la conquistó ese año… Lionel Messi.
El tema con este tipo de premios es la subjetividad: cada periodista votante (en el caso de France Football), cada capitán de selección y técnico nacional (en el caso de The Best) tiene un criterio propio para su elección. No es un petit comité el que escoge al campeón, es un grupo amplio de personas de todo el mundo.
Es decir, que cuando el común de las personas repite con “France Football le dio tal premio a tal jugador”, o “La Fifa escogió a este y no a zutano”, la realidad es que son personas de todos los países los que realizan la votación.
No existen reglas establecidas para escoger al mejor, salvo la inmutable: tuvo que haber hecho algo para ganar algo. Hay premios específicos por logros (la Bota de Oro al máximo goleador, por ejemplo), quizás mucho más justos pero poco «emocionantes», por así decirlos. No obstante, los subjetivos, como el Balón de Oro, son los que dan la gasolina necesaria para la polémica de cada año.
En lo particular veo tan justo que lo gane Messi con la Copa América conquistada ante Brasil en el Maracaná como si lo hubiese obtenido Lewandowski sin la Champions, pero con el montón extraordinario de goles que lleva en el año. Yo, sudamericano, hubiese votado por Messi, pero no veía con malos ojos si Lewy lo obtenía.
¿Hay polémica en el planeta fútbol por la victoria de Leo Messi? Claro, como la hubiese habido si ganaba Robert Lewandowski, Jorginho, Karim Benzema o cualquier otro. La polémica siempre estará, porque este tipo de premios es (repetimos) subjetivo, según el criterio de cada votante. Y es lo que estimula a que, durante los próximos 365 días, se hable sobre quién ganó el Balón de Oro o The Best, hasta que se escoja al próximo Balón de Oro o The Best. Por los siglos de los siglos.
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