En Barcelona vivían en un cataclismo por la crisis institucional que atravesaba el club, en medio de un vaivén de entrenadores que pasaron por diferentes fracasos, la posible marcha de Lionel Messi y el caos en las oficinas por la penosa salida de Josep Maria Bartomeu y la reciente llegada de Joan Laporta como presidente. Las aguas se calmaron después de la enésima debacle ante el PSG y el Barça de Ronald Koeman estuvo en un momento inimaginable para sus hinchas: dependiendo de sí mismo para ganar La Liga aún por disputar la final de la Copa del Rey.
La temporada se avecinaba ideal con la premisa de poder alcanzar el doblete en España a pesar del apocalipsis deportivo y a nivel de club que vivía la institución catalana. Pero llegó otra cita importante en la que Koeman y sus dirigidos volvieron a lucir un peldaño más abajo que el rival, tras una racha de triunfos en La Liga y, lamentablemente, justo cuando el equipo parecía haber encontrado estabilidad futbolística.
El sábado 10 de abril, en Valdebebas, Real Madrid venció 2-1 al Barça en un partido marcado por un aguacero, la velocidad del extremo brasileño Vinícius Jr., el glorioso momento de Toni Kroos y el ahogo de los azulgranas por reclamos arbitrales. Vini, el alemán y el defensor culé Óscar Mingueza marcaron las dianas.
A la espera del partido del Atlético de Madrid ante Real Betis, los merengues son líderes de La Liga con 66 puntos, igualados con los colchoneros (segundos con el duelo pendiente y por el enfrentamiento directo), mientras que el Barcelona tiene 65.
El Barcelona de Koeman en los partidos grandes, un fiasco
El Real Madrid también supera en el enfrentamiento directo a su histórico rival, tras derrotarlo también en el primer Clásico de Liga 1-3 en Barcelona, otro de los partidos grandes en los que que el equipo de Koeman no respondió.
El Barça cayó en los dos Clásicos, fue goleado por la Juventus (0-3) cuando se jugaban el primer lugar de su grupo en la UEFA Champions League y en el mismo torneo fue aplastado por el PSG con un global de 5-2 tras un estrepitoso 1-4 en los octavos de final.
A los culés les quedan la final de la Copa del Rey ante el Athletic Club el 17 de abril y volver a enfrentar al Atlético de Madrid en la jornada 35 el 8 de mayo. Ante el Atleti también cayeron en la primera vuelta por la mínima diferencia.
Imposible de comparar con el Madrid de Zinedine Zidane, impecable ante el Barcelona, Inter, Atalanta, cuatro de seis puntos contra el Atlético y por ahora con mucha ventaja ante el Liverpool en los cuartos de Liga de Campeones.
La diferencia de un punto con el club blanco, más el enfrentamiento directo a su favor, aún parece corta con el Barcelona, que podría darle vuelta si el Madrid resbala y Messi y compañía hacen un pleno de ocho victorias en las ocho jornadas restantes. Antes del Clásico, sumaban seis triunfos al hilo y no perdían en La Liga desde el 5 de diciembre ante el Cádiz, y desde entonces, ganaron 16 y empataron tres.
El Barça aún puede salvar la temporada, pero la deuda del equipo de Koeman en los partidos grandes hace dudar de la continuidad del estratega holandés en el proyecto de Laporta. Y sin ponerle toda la carga al exjugador, algunos futbolistas parecen haber terminado su ciclo —hace tiempo de ello— en la Ciudad Condal.
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