La lesión de Anthony Davis ha dejado en evidencia lo difícil que puede ser para un equipo el sobrellevar la ausencia de una de sus estrellas. Un equipo de Lakers que se coronó campeón es el primer año de su proyecto, que se reforzó en pretemporada, que cuenta con uno de los mejores jugadores de la historia en LeBron James y que se proyecta como una posible dinastía. Este es el clásico ejemplo de que la planificación a futuro puede verse seriamente golpeada por un siempre movimiento fortuito en la cancha.

Pocas dinastías en la NBA son tan recordadas como la de Chicago Bulls en la década de los 90’, pero lo que pocos consideran, es la cantidad de dinastías que no pudieron afianzarse por causa de las lesiones. Hablando del ejemplo de la dinastía que Jordan encabezó, en el documental “The Last Dance” se mostró el periodo oscuro que sufrieron tras la lesión y tardía operación de Scottie Pippen. La fascitis plantar que sufrió en el año 1997 lo marginó por más de tres meses, en los que los Bulls fueron un equipo terrenal.

Jordan y Pippen encabezaron una dinastía

Por suerte, Michael Jordan aceptó el desafío y logró sobrevivir a la ausencia de su “escudero” o “lugarteniente” preferido; pero muchos otros equipos no corrieron con la misma suerte. Equipos que pintaban para dominar la liga por muchos años vieron sus proyectos acabados por lesiones, en su mayoría, por lesiones del tendón de Aquiles.

En los últimos años hemos visto como grandes equipos se derrumban a causa de la lesión de un solo jugador. Esto a consecuencia de los contratos pesados que condicionan a las directivas y dificultan agregan profundidad a los respectivos banquillos. Desde los Spurs, pasando por los Warriors, y tal vez, terminando en los Lakers de LeBron James.

La caída de los Warriors

En el 2015, los “Splash Brothers” hicieron su presentación al mundo, mostrando un juego veloz, enfocado en el triple y muy difícil de marcar. El campeonato alcanzado ese año al derrotar a los Cleveland Cavaliers de LeBron James era el punto de partida para una posible dinastía. La llegada de Kevin Durant en la temporada 2016-2017 dio a este equipo la pieza final para dominar la liga por muchos años… o eso pensaron.

Las lesiones acabaron con los Warriors

La lesión muscular de Durant ante los Rockets de Houston en la final de conferencia del oeste (temporada 2018-2019) parecía que condicionaría al equipo, y para evitar esta situación, Kevin decidió forzar la marcha para jugar ante Toronto en la final. El resultado fue una rotura de su tendón de Aquiles derecho, lesión que lo marginó de las canchas por una temporada completa. El principio del fin para lo que pudo ser el equipo más dominante de la historia.

De llegar a la final, a no clasificar a la postemporada, todo por culpa, nuevamente de un tendón de Aquiles. La lesión de Klay Thompson dejó a los Warriors totalmente desarmados, Durant había abandonado el barco y Curry no estaba en su mejor estado de forma, perder a Thompson cambió el rumbo de un debilitado equipo que pudo llegar a ser una dinastía.

El fin de los Spurs

Tener a Gregg Popovich es garantía de buen juego, así fue por más de 20 años. “Pop” se sentó en el banquillo de los Spurs en el año 1994 y desde entonces se encargó de forjar proyectos duraderos, con piezas que sintieran la camiseta de San Antonio. Los Spurs de 1999, de la mano de “Las Torres Gemelas” en Tim Duncan y David Robinson alcanzaron el campeonato de la NBA.

Los Spurs lograron reinventarse, hasta la lesión de Parker

Popovich llevó a los Spurs a los playoffs por 22 temporadas consecutivas, ganando 5 campeonatos en total. De la mano de Duncan, Ginóbili y Parker, Popovich armó uno de los equipos más sólidos que el Oeste había visto en muchos años, siempre en los dos mejores puestos de su división. Pero en el año 2017, ya después de la salida de Tim Duncan, la lesión de Tony Parker puso punto y final al longevo equipo.

La rodilla que sostuvo una dinastía

Rotura del ligamento del cuádriceps izquierdo, lesión que llevó a los Spurs en la próxima temporada a ganar el 57% de sus partidos, el segundo peor promedio en toda la era Popovich. Suficiente razón para que un ya fastidiado Kawhi Leonard decidiese cambiar de aires.

¿Dinastía fugaz? ¿o simple susto angelino?

La lesión de Davis preocupa a los Lakers

La lesión de Anthony Davis fue diagnosticada como tendinosis en su tendón de Aquiles, tal vez no es una rotura, pero sigue siendo una lesión a tomar en cuenta. Ya mencionamos el caso Durant y el caso Thompson, ambas lesiones dejaron a los jugadores en inactividad por más de una temporada, por suerte para Davis, este no es su caso.

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Aun así, Los Ángeles Lakers perdieron a su máximo anotador y mejor taponador en esta campaña, el equipo de James no la está pasando bien. Tres derrotas en 4 partidos es el saldo del equipo desde la lesión del “uniceja”, incluyendo el revés sufrido ante un irreconocible Miami Heat. Este mal momento de los laguneros solo demuestra lo difícil que puede ser para un equipo el recuperarse después de perder a una de sus estrellas.

Se espera que Anthony Davis regrese a las canchas para la semana posterior al juego de estrellas, periodo en el que se perderá de 6 juegos más. Partidos complicados ante Portland, Warriors y Jazz serán parte de este periodo en el que LeBron James deberá cargar con el equipo en soledad. Y cuidado, porque a sus 36 años, “El Rey” necesita manejar muy bien su carga de trabajo si no quiere terminar con un destino similar al que enfrenta Davis actualmente.

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HSM Staff

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