El puño hacia el cielo, la cinta de “JUSTICIA” en su cabeza y la inexplicable ira por la democracia, llevaron a Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza, a una vida pasional dentro y fuera de la cancha.

Digno portador del nombre más importante de la filosofía griega, Sócrates. El personaje más singular y controversial de Brasil, es considerado dentro de los mejores futbolistas brasileños de todos los tiempos.

Enseñó que el balompié es más grande que el entretenimiento y que las injusticias también se pueden combatir haciendo recortes, gambetas y sombreritos. 

Brasil estaba entrando la década de los 80s con 16 años bajo autoritarismo militar, pero la magia de sus estrellas cariocas disimulaban la realidad con la fantasía.

Al sur del país se encontraba un plantel atípico a los grandes de Río, el Corinthians vengó su sequía después de 27 años sin ganar el Campeonato Paulista.

Pero acabando el torneo se encontraron una sorpresa gigante en su puerta, un médico de 1.92m de estatura, con una condición en el tobillo que le permitía hacer las jugadas más bellas de taquito.

El joven Sócrates encantó a los dirigentes del Timão desde sus inicios con el Botafogo-RP, su liderazgo, su carisma y su pasión fueron bien recibidos por el equipo.

Pero tenia una peculiaridad de pasar libros hacia ellos y ponerlos aprueba con pequeños resúmenes sobre la lectura, unos lo veían como loco, pero otros se acercaban a él para aprender más. 

El comienzo de la Democracia

En 1981 fue conocida la nueva dirigencia corinthiana, en esta dirigencia hacemos un breve énfasis con el Director General de Fútbol, Adilson Monteiro Alves.

Él le demostró a Sócrates que su impacto puede trasladarse en lo político-social, no era necesario crear ninguna facción política, (<<nosotros desde el club podemos hacer el cambio>>).

Sócrates por fin encontró la manera de llegar a la política con el fútbol, su proyecto llevaría el nombre de “Democracia Corinthiana”. Sus fundadores fueron las mismísimas estrellas del club; Sócrates, Wladimir, Zenon de Souza y Walter Casagrande.

Igualdad ante todos

Era momento de hacer el cambio y todos aquellos empleados o representantes del club tendrían voz y voto para los horarios de entrenamiento, fichajes nuevos, dirigencias nuevas y hasta de qué color se pintarían las plateas del estadio.

Quién pensaría que en un país sin soberanía, un pequeño club de São Paulo se opondría a cualquier acto de tiranía.

La lucha apenas arranca, su popularidad crece por todo Brasil al volver a ganar el Paulista en 1982, por las calles se ven pequeñas cintas como las que utilizaba Sócrates, y esos equipos que atormentaron por años al Timão, empiezan a desvanecer. 

La aparición de un político inesperado: Lula

Esta democracia empezó a gustarle a todo el país pero en especial al candidato por la gubernatura, Luiz Inácio Lula da Silva.

El club llevo su participación a otros límites, veían que el cambio también se podía hacer en São Paulo y apoyando a Lula encontraron su primera aparición en la escena política.

Sócrates al frente como siempre, exhortaba a los ciudadanos a desafiar las injusticias, él mismo empezó a desafiarlos con los famosos parches sangrientos de “Democracia Corinthiana” en la camisa de juego, para que en el campo la manifestación siga transcurriendo.

La expansión del movimiento

Pero su participación no acaba ahí, el senador Teófilo Varela inició un movimiento llamado Diretas Já!, este movimiento daría el sufragio universal y directo para las elecciones presidenciales.

Sócrates y compañía iniciaron campañas por todo São Paulo para la aprobación de esta nueva reforma, hablaron frente a más 500,000 personas y hasta reunieron a sus rivales más grandes de la ciudad para marchar por la unión de los brasileños.

Sin embargo, la aparición que convirtió a Sócrates en una leyenda fue la final de 1983 del Torneo Paulista contra su acérrimo rival, São Paulo.

Salió a la cancha junto al equipo sosteniendo una pancarta que decía lo siguiente: “Ganar o perder, pero siempre con Democracia”.

Se ganó la final pero desafortunadamente la lucha se perdió, Sócrates emigró y tuvieron que pasar siete años más para las primeras elecciones democráticas de Brasil, un total de 26 años bajo militares arrogantes. 

Aunque el regreso de magrão (flacote) fue antes de lo esperado, sus mejores años ya estaban en el pasado. Pero solo Sócrates sabía cómo vivir la vida.

No le importaba beber, ni que lo vieran como el bohemio doctor que era, su fascinación fue incomprensible hasta que llegó el día que nadie esperaba.

En 1983 había comentado que quería descansar en la eternidad un domingo y con el Corinthians campeón.

El 4 de Diciembre del 2011, perdimos a quien nos volvió a enseñar los conceptos de justicia, amor y virtud, aquel día se cumpliría la profecía del Dr. Sócrates.

Su eterno descanso en domingo y con el Corinthians campeón.

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Medio Deportivo

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