A Liverpool le costó un mundo, sí. Flamengo vendió más que cara su derrota en la final del Mundial de Clubes pero terminó cayendo y fue el séptimo consecutivo entre los clubes sudamericanos que no pudieron romper el predominio europeo.
Las distancias son cada vez más grandes. Muchas explicaciones y causas pueden darse, de la que no puede escapar por razones obvias el poderío económico del Viejo Continente que le hace partir con una sólida ventaja.
Corinthians, en 2012, fue el último de Conmebol en titularse. Fue contra el Chelsea que venía de ganar la Champions League de la mano de Roberto Di Matteo. Pero viendo el panorama completo, es el único no europeo lograrlo desde 2006.
+ Real Madrid, fortalecido pero aún por mejorar
Sí, los sudamericanos ven partir rápidamente sus mejores talentos. Los más destacados tarde o temprano emigran, pero no solo es por dinero sino por elevar su nivel competitivo. ¿Sería hoy Lionel Messi, por poner un ejemplo, el mismo jugador si nunca hubiese llegado a Barcelona y siguiera en Argentina?
No solo problema de clubes
Y lo del Liverpool este año es solo la confirmación que la estructura siempre termina imponiéndose pero no es solo a nivel de clubes pues en selecciones nacionales es claro lo rezagado que se quedaron los sudamericanos.
Desde el Mundial de Alemania 2006 solo un finalista en cuatro ediciones y fue Argentina en Brasil 2014 -cuando el local fue vapuleado 1-7 por Alemania- que estuvo a nada de dejar el título en el continente que no lo conoce desde 2002 de manos de la Canarinha,
Europa domina y parece que dominará. Ni los millones del Flamengo, ni el gran proyecto de River Plate con Marcelo Gallardo, ni el delicado toque del Atlético Nacional en su momento pudieron lograr el objetivo.
Tampoco Argentina, Brasil, Uruguay o Chile en Mundiales. Sudamérica queda atrás y la evidencia es cada vez más clara.
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