Una vez más, los torneos de Lionel Messi con la camiseta albiceleste de la selección argentina se cuentan por decepciones. Un nuevo trago amargo para el ’10’, que en el Mineirao construyó, asistió y estrelló un balón en el poste, pero quedó apeado de la Copa América ante Brasil (2-0).

Ni un saque de falta medido para el cabezazo del ‘Kun’ Agüero que se estrelló en el larguero, ni un doble disparo tras un rechace del meta brasileño Alisson que primero repelió el poste y luego no encontró portería, ni soportar decenas de tarascadas de Casemiro salvaron a Messi de la eliminación del torneo.

Porque Argentina, que en un ejercicio de supervivencia se clasificó después de una derrota ante Colombia y un empate ante Paraguay ganando a Catar, y encontró su versión más aceptable en los cuartos ante Venezuela; todavía es poca Argentina para hacer daño a una sólida Brasil, que encontró su gol en un arranque furibundo, se dedicó a guardar la ropa y sentenció en la segunda mitad.

La eterna decepción del capitán de la ‘Albiceleste’, predestinado por lo que parece a no levantar ningún título con la selección mayor y a recordar solo el Mundial sub-20 de 2005 y los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 como sus únicas alegrías con la camiseta argentina.

Había llegado el astro argentino al Mineirao debiendo una gran actuación a esta Copa América. Apenas un gol, de penalti ante Paraguay, doce remates, cinco de ellos a puerta, y cinco ocasiones generadas para sus compañeros en cuatro encuentros.

No obstante, el ’10’ sí que había ejercido como capitán, tomando la palabra en los momentos complicados, comenzando por la derrota ante Colombia (0-2), también en el empate ante Paraguay (1-1) y en la reconfortante victoria ante Catar (2-0) que les permitió pasar de ronda.

«Mi nivel no es el mejor, no estoy jugando como esperaba», admitió tras lograr el pase a las semifinales ganando 0-2 a Venezuela.

Y en la comparecencia previa a la semifinal, su entrenador Lionel Scaloni admitió lo que todos los argentinos, y probablemente otros tantos aficionados al fútbol piensan: que a Messi le falta un gran éxito con su selección para honrar su prolija trayectoria en el fútbol de clubes.

«Es indudable que al mejor jugador de la historia del fútbol le hace falta ganar algo», dijo el seleccionador. «Yo creo que los jugadores tienen tanto cariño y lo quieren tanto a Leo que a veces quien salir más por él que por ellos mismos, pero aquí todo el mundo quiere salir campeón», agregó el técnico.

Durante la previa, muchos brasileños llevaban camisetas de Messi, admitían su admiración por el jugador pese a ser el emblema del rival histórico de su selección. Algunos incluso idearon una suerte de camiseta partida con los colores amarillos y los albicelestes a mitades, solo por el ’10’ argentino.

Y más curioso aún, durante el anuncio de las alineaciones, el nombre de Messi fue aplaudido casi con total unanimidad por el conjunto de los aficionados: por los 5.000 argentinos, y por los más de 50.000 brasileños. Una muestra de reconocimiento sin fisuras.

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