Los sueños en la vida están para cumplirse y eso le ocurrió a Naomi Osaka. La japonesa de tan solo 20 años derrotó con parciales de 6-2 y  6-4 a Serena Williams para ganar el US Open.

La jovencita se convierte en la primera jugadora japonesa en ganar un Grand Slam. A pesar de su enorme actuación y despliegue durante todo el certamen, el final no fue el que había soñado durante su corta trayectoria.

Punto para campeonato

Osaka jugó un partido sensacional. Su servicio fue su mejor arma para ganarle a su rival que no tuvo un buen día. La japonesa ganó el 73% del puntos jugados con su primer saque. Además tan solo cometió 14 errores no forzados contra 21 de su rival.

Una gran irreverencia demostró Osaka durante poco más de una hora de partido. Su derecha paralela le hizo un daño enorme a Serena, que no pudo evitar y combatir los ataques de su rival.

La actuación de Serena le empañó el triundo a Osaka

Producto de la misma frustración del resultado y el año complicado en su vida personal, Serena tuvo un altercado con el juez de silla, Carlos Ramos que dañó toda la felicidad que Osaka tenía en su cuerpo.

Ramos le cantó un ‘warning’ a Serena luego de observar una señal por parte del entrenador hacia su jugadora. Posteriormente, el arbitro canta una segunda violación luego de que la menor de las Williams rompiera su raqueta. Por lo que la estadounidense fue sancionado con un punto en su contra durante el sexto juego del segundo set.

Dicha sanción hizo explotar el carácter de Serena que constantemente le decía al arbitro que «Me debes una disculpa». Y cada vez su enojo era mayor y continuaba el intercambio de palabras con Ramos.

Al final del partido, la organización decidió sacar a Ramos de la pista tratando de bajar la adrenalina de Serana y la de los fanáticos que le apoyaron. En la entrega del trofeo se vivió uno de los momentos de mayor incomodidad del partido. Apenas comenzó la ceremonia, un fuerte abucheo opacaba las palabras del modulador, algo que Osaka no pudo manejar y rompió en llanto.

Osaka nunca supo como reaccionar al hecho. La actitud mostrada ante su rival, el público, la organización y todo el mundo fue de absoluto respeto en todo momento. La pequeña no mereció que su sueño de ganar un Grand Slam terminara de la forma que terminó.

La japonesa fue la justa y merecida vencedora del compromiso. Lastimosamente y como en el video se percibe, la incomodidad del momento la adsorbió. Lagrimas de alegría se juntaba con lagrimas de tristeza al final de la ceremonia, empañando un momento gloriosa en la carrera de cualquier jugadora profesional.

About the author

Medio Deportivo

HSM Staff

Leave a Comment