No fue la mejor de las temporadas regulares, pero los Thunder se clasificaron cuartos. Consiguieron el factor pista y daba la sensación que cuando llegara la post-temporada el equipo daría un cambio radical. Enfrente les esperaban una de las sorpresas de la temporada: los Utah Jazz.
Era una lucha de estilos: el hero-ball y el iso-game de los Thunder contra el bloque compacto y el juego coral de los Jazz. Y como el baloncesto es un deporte de cinco contra cinco, los Jazz se impusieron y colocaron el 4-2, pero que a nivel de sensaciones podía haber sido un 4-1 perfectamente. Donovan Mitchell acabó de confirmar que ya es una estrella de la liga, Ricky dominó el tempo del partido y Snyder superó a Billy Donovan, incapaz de encontrar respuestas ante el dominio de los de Salt Lake City.
Pero sus errores no son nuevos de ahora. Repasamos cómo ha ido la temporada en Oklahoma y por qué no ha funcionado en Playoffs.
TEMPORADA 2017-18
Tras los movimientos de verano, los Thunder prometían un año salvaje estando en la parte más alta del Oeste y siendo una alternativa real a Warriors y Rockets. Llegaban al equipo Paul George, uno de los mejores jugadores de la liga, y los puntos de Carmelo Anthony, venido a menos en NY pero que parecía haberse tomado el verano muy en serio para volver a buen nivel. A esto había que sumarle el trabajo sucio y la fuerza de Steven Adams, la defensa de Roberson y el último MVP de la temporada, Russell Westbrook. Un año después de la marcha de Kevin Durant, los Thunder volvían a ser contendientes y lo podían hacer con exhibiciones ofensivas o lo que parecía mejor, mordiendo atrás.
Pero no ha sido así. La irregularidad ha sido la definición de OKC, capaces de ganar de 20 en el Oracle y perder contra Lakers, Suns o Dallas; equipos destinados a tankear o lejos de opciones de Playoffs. La lesión de Roberson afectaba seriamente la estructura defensiva de los de Oklahoma acentuando aún más la poca consistencia del equipo.
Y los Jazz no han hecho más que destapar todas las carencias de Oklahoma. Excesivo protagonismo de Westbrook que buscó ser el héroe por sí mismo, pese a contar con rachas tremendas como el tercer cuarto del Game 5. Bien es cierto que los compañeros no estuvieron finos (2/16 de George en el Game 6), pero el yo contra el mundo no suele funcionar en Playoffs a menos que te llames LeBron James. Ni George, ni Carmelo, ni Russell han acabado la serie promediando un 41% en tiros de campo y el volumen de tiros, especialmente el de Westbrook ha sido considerable (26 tiros por partido) con un pico gigante en los dos últimos encuentros en los que lanza 39 y 43. No era el camino ni tampoco la solución y menos con los porcentajes que registraba. Pero nadie parecía decirle lo contrario.
Puede ser que hayamos visto el último partido de George y Westbrook juntos. Porque el dúo Billy Donovan-Westbrook con el base como principal referencia del equipo no está siendo la mejor de las estrategias. Billy brilló en su primera temporada con Durant y Russ montando una telaraña defensiva que se cargó a los Spurs y se quedó a tocar de eliminar a los Warriors del 73-9, pero desde que Russell está como primera espada la tónica viene a ser la misma: Westbrook como creador del todo con el balón en sus manos y esperar a que desequilibre. Y es que Russ es muy bueno, pero su tipología de juego proporciona un incremento salvaje en sus números pero una menor incidencia de sus compañeros. Solo Adams aprovechando el pick and roll parece saber jugar al lado del explosivo base. Y cuando se quiere cambiar eso (contra Utah) ya es tarde para corregir dinámicas y los jugadores no saben qué hacer para implicarse. No hay una armonía conjunta, no existe un juego de equipo.
El año pasado Oladipo venía algo estancado de Orlando y su paso por los Thunder no fue el mejor pese a mantener los promedios. Las sensaciones no fueron buenas, Victor no estaba cómodo jugando al lado de Russ, Donovan no conseguía implicarle coralmente y el trade con George parecía un regalo para OKC. Ahora Dipo es el líder absoluto de los Pacers y se ha convertido en All Star.
Sabonis, otro de los que iba en el pack del trade con George, ha mejorado una barbaridad en Indiana. De 5.9 a 11.6 puntos y de 3.6 a 7.7 rebotes por partido jugando solo 4 minutos más que en su año en OKC. Nuevamente, la absorción total del juego por parte de Westbrook limitó a los secundarios, que parecen ver la luz cuando salen de Oklahoma. Otro ejemplo, el siempre combativo Taj Gibson. Venía de promediar 11.6 puntos y 6.9 rebotes en media temporada con los Bulls. Bajó hasta los 9 y 4.5 en 23 partidos con los Thunder.
Lo que Westbrook te da, Westbrook te lo quita y Donovan no ha propuesto nada más allá que dejarle el balón a George y Westbrook para que decidan por talento y desequilibrio. Los Thunder han sido el segundo equipo que más situaciones de isolation ha usado en temporada regular (959), pero el octavo que menos puntos saca por posesión en esas jugadas (0.82) registrando el cuarto peor porcentaje en esas situaciones (37%). Es decir, un recurso que usan muchísimo pero mal ejecutado. Entre los jugadores, Westbrook ha sido el tercer jugador que más posesiones de isolation ha jugado en temporada regular (402) pero solo con un 36.4% de acierto. Por poner en contexto y sin mencionar a Harden que juega en otra liga, LeBron es segundo en posesiones de este tipo con 521 y tiene un 44.5% de acierto. Harrison Barnes es cuarto con 318 y un 44.3% y Lillard es sexto con 290 y un 41%.
El peor año de la carrera de Carmelo Anthony
El tercero de los integrantes de lo que llamaron Big-Three quizá no entre en esa categoría de Big. Carmelo ha promediado menos de 20 puntos por primera vez en su carrera en Regular Season (16.2) firmando sus peores registros en tiros de campo (40%), tiros libres (76%) y asistencias (1.3). En Playoffs no ha hecho más que empeorar, bajando sus medias hasta los 11.8 puntos con un 37.5% en tiros de campo, 21% en triples y repartiendo la paupérrima cifra de 2 asistencias en 6 partidos. Los videos del Hoodie Melo entrenando en verano están muy bien, pero el nivel actual de Melo es indigno para un jugador que está cobrando 26 millones por temporada. Reciclar su juego y convertirse en un mero tirador en estático quizá sería lo mejor para él, recobrando un rol similar al que tiene con Estados Unidos. De lo contrario, Anthony está condenado a hundirse.
EL VERANO
El nuevo mega-proyecto de Presti ha fracasado después de comprometer 136 millones de dólares en salarios y juntar a dos estrellas de la liga como Westbrook y George. El crédito a Donovan puede haber terminado y el verano en el Estado de Oklahoma puede ser crucial para las aspiraciones futuras.
Russ firmó un contrato a largo plazo y su futuro está ligado con la franquicia de Oklahoma hasta la temporada 2022-23 con un sueldo astronómico. Adams también estará al lado de su generador favorito hasta 2021, pero el foco cae sobre George y Anthony en los que los Thunder poco pueden hacer, pues es todo decisión de los jugadores.
Paul George, siempre relacionado con los Lakers y la ciudad de Los Angeles (nacido en California), tiene una opción de jugador sobre su último año de contrato, cifrado en algo más de 20 millones de dólares. Paul puede desestimar este último año y convertirse en agente libre sin restricciones y negociar con cualquier equipo. Lo mismo ocurre con Carmelo pero con un último año de contrato de casi 28 millones.
¿Qué diferencia a ambos? George puede sacar un buen contrato vaya donde vaya. Un máximo o más de 20 millones sería una opción perfectamente viable para el ex de Indiana. Sin embargo, dudo que muchos equipos ofrezcan una gran cantidad de dinero por Melo. Esos 28 millones opcionales pueden ser la última temporada con buen sueldo de Carmelo, pues su rendimiento ha demostrado que no está para pedir grandes cantidades. Habrá que ver cuáles son sus aspiraciones y a qué da preferencia, además de cambiar su rol si quiere seguir siendo un jugador productivo. De momento, ya ha dicho que no piensa salir desde el banquillo.
En perspectiva Thunder, si se van estos dos jugadores liberarán casi 50 millones en salario con lo que podrán firmar a algún buen agente libre, pero será vital planificar y trabajarlo como equipo porque ya se ha visto que solo con talento no se va a ningún sitio.
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