Un número sobresale si alguien quiere tratar de explicar lo que el venezolano José «Cafecito» Martínez viene haciendo, por qué lo está haciendo en su actual equipo y cuánto valor le ha dado a su gran comienzo.
Esa cifra es la velocidad de salida de su jonrón del 12 de abril contra los Rojos, una línea de 113.7 millas por hora que se voló el muro del jardín izquierdo. El radar indica más que la línea ofensiva del inicialista de los Cardenales de .329/.409/.526, básicamente porque sugiere que las estadísticas son auténticas. Y más que cualquier otro swing en la breve carrera de «Cafecito», ese batazo contra Cincinnati ofreció un vistazo al motivo por el que la gerencia de San Luis se enfocó en el guaireño hace tres años y ahora prácticamente han encontrado un bate para la parte gruesa de la alineación en alguien que varios en el béisbol calificarían como «una ganga».
«Cafecito» fue adquirido apenas por dinero en efectivo — y prácticamente una baja cantidad — después de que los Reales lo designaran para asignación en el 2016.
Los directivos de los Cardenales expresaron interés en Martínez por vez primera en el 2015, cuando venezolano brillaba al bate en la Liga del Golfo del Pacífico para ganarse el título de bateo con la sucursal Triple-A Omaha de los Monarcas. Bateó .384/.461/.563 en esa temporada, su 12da sin ver acción en las Grandes Ligas. Ese ascenso no hizo un cotizado prospecto de Martínez, quien en ese momento tenía 26 años de edad, ya había pasado por tres organizaciones, se había sometido a tres cirugías en la rodilla y nunca había demostrado trueno en su bate. En la temporada muerta de regreso a Venezuela, comenzó a pensar qué más tenía que demostrar.
Por su parte, San Luis vio un gran potencial en Martínez, especialmente en los números de bolas bateadas que calcularon por el sistema Trackman.
Para los Cardenales, Martínez era un candidato para darle profundidad a su roster de Triple-A Memphis tras el ascenso al equipo grande de Tommy Phan, Randal Grichuk y Stephen Piscotty. Con un gran esfuerzo, Martínez podía contribuir en San Luis como una ficha complementaria. Luego los Reales, con una nómina llena de talento y rumbo al título de Serie Mundial, no subieron a Martínez en septiembre de ese año.
Los Reales protegieron a Martínez al agregarlo al roster de 40 a última hora, casi una semana después de que superaron a los Mets en el Clásico de Otoño. San Luis reaccionó inmediatamente cuando el inicialista fue designado para asignación en mayo siguiente para hacer espacio en el roster para Whit Merrifield.
Después de modificar su swing para tratar de elevar más la bola («¡No se permiten las rodadas!» ahora dice Martínez), el primera base registró una de las mejores estadísticas ofensivas en un trecho del 2017. Este año ha lucido mucho mejor, borrando cualquier interrogante de si podía continuar viendo tiempo de juego para establecerse como tercer bate en el lineup de San Luis. Martínez encabeza el club con 29 bolas bateadas fuertes (calificadas por Statcast™ con velocidad por encima de las 95 millas por hora), que ha dividido en partes casi iguales: Catorce para hit y 15 para out. Los outs fuertes significan que no está a la altura de sus estadísticas métricas, pese a su excelente línea ofensiva.
Para encontrar la última transacción de liga menor con un impacto similar en los Cardenales, debes fijarte en Ryan Ludwick, quien pegó 84 cuadrangulares para el equipo del 2007 al 2010.
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