El estado de Indianápolis es uno de los más importantes a nivel de baloncesto en Estados Unidos, los Pacers son además una de esas franquicias con un rendimiento alto en esta era moderna. En estos momentos los Pacers está tocando con la yema de los dedos las posiciones que dan opción a ser cabeza de serie en los playoffs.
Todo empezó con el traspaso de Paul George, salía de los Pacers de camino a los Thunder, que le cambiaban por Victor Oladipo y Domantas Sabonis, este trueque es el más acertado de este año.
Sabonis se ha adaptado perfectamente al estilo de los Pacers, que ha hecho a Oladipo la estrella que ya prometía antes de llegar a la gran liga.
Nate McMillan, es un entrenador que basa muchas de sus creencias en sus experiencias como jugador, lo que hace mirar más por la defensa que por el ataque.
McMillan ha sabido conjugar la plantilla, completada con gran acierto por el mánager general. Ocho jugadores superan los 23 minutos de media. Pese a los roces con Turner o la poca confianza en el veterano Wilkins, ya cortado, el trabajo del que fuera base de los Sonics es difícilmente rebatible.
Victor Oladipo, es la estrella, ha sido All-Star y es la cara del equipo en estos momentos. 24,2 puntos, 5,4 rebotes, 4,2 asistencias y 2,2 robos de media.
Ademas, Bogdanovic se entiende la perfección con Oladipo, tanto en los cortes de las penetraciones como en los contraataques y transiciones, cada uno en un lado para tener dos frentes de acción. Junto con Turner, que no está tan explosivo como el año pasado pero sigue siendo un muro, y el acertado rol de un Al Jefferson que debe saber reciclarse son lo que vertebra en buena parte este roster.
El único problema que están teniendo estos Pacers es la poca bola que le están dando a los jóvenes, a sus dos adquisiciones en el Draft 2017: Ike Anigbogu y T.J. Leaf. Sólo acumulan 4,3 puntos de media si sumamos a los dos. Es algo en lo que tendrán que trabajar de cara al futuro.