En una noche soñada y ante sus fanáticos, los Golden State Warriors derrotaron 129 por 120 a los Cleveland Cavaliers, para alzar su segundo título de campeón de las tres últimas temporadas y conseguir su 16ta victoria en los playoffs, nuevo récord en la NBA.

Golden State debió sudar la gota gorda para derrotar a unos complicados Cavaliers, que llegaban al quinto encuentro sin margen de error. Sin embargo, la diferencia estuvo en los banquillos y nuevamente en una noche pletórica de Kevin Durant.

El inicio del encuentro estuvo marcado por el dominio de Golden State, quien apoyados en su afición salieron a la duela con la firme convicción de terminar la serie. Klay Thompson Draymond Green anotarían un triple cada uno para empezar el ataque de los locales, quien picaron adelante en el marcador.

En la otra acera, LeBron James empezaba a desplegar todo tu potencial anotando 12 unidades en los primero seis minutos de acción. Ambos conjuntos se llenaron de faltas y tuvieron que descansar a algunas de sus piezas. Inclusive, James también tendría algunos minutos de descanso. Inmediatamente, Stephen Curry apareció para cargar con la ofensiva de su equipo y cerrar el primer cuarto 33-37 en favor de los Cavaliers.

Para el inicio del segundo cuarto, Durant volvía a la duela y una vez más como lo había hecho en los cuatro partidos anteriores fue la bujía del equipo para retomar el control de las acciones. Cuando el cronómetro marcaba un poco más de tres minutos por jugarse, una fuerte discusión entre David West y Tristan Thompson se suscitaría, ganándose una falta técnica cada uno. J.R. Smith, también se vio involucrado en el altercado ganándose su falta técnica. Poco le importó a los Warriors este episodio, que inmediatamente reaccionaron y le dieron vuelta al marcador para irse al medio tiempo ganando 71 por 60.

Luego de reanudarse el compromiso, los Cavaliers reaccionaron de la mano de J.R. Smith, quien se encargaba de respaldar las actuaciones de James y Kyrie Irving, logrando reducir la ventaja en el marcador. Steve Kerr, reaccionaria rápidamente y le daría ingreso a Andre Iguodala. Quien con una gran actuación mantenía a los Warriors arriba en la pizarra.

Un triple de J.R. Smith durante  el cierre del tercer cuarto, recortaba la diferencia a solo seis unidades. Golden State dominaba 98 por 93. LeBron James, se encargaría de bajar la diferencia a solo tres puntos al inicio del último cuarto del partido. Lo que vendría más adelante sería una actuación de antología por parte de Kevin Durant.

Firme siempre en su objetivo, Durant dominaba el compromiso a su antojo. El deseo de ponerse su primer anillo de campeón, era demostrado con cada ofensiva suya. Como un efecto de directo de la gran demostración que brindaba el alero, los Warriors pasaban a dominar el compromiso por diferencia de diez puntos.

A pesar de una intentona de reacción, los esfuerzos de James eran insuficientes al tener por delante a Durant y a unos Warriors que supieron defender de gran manera durante todo cotejo. Los minutos finales sirvieron para que Golden State pusiera cifras definitivas al encuentro y pudiese celebrar el título delante de su afición.

Kevin Durant MVP de la final

Tras finalizar el quinto encuentro, Durant había firmado otra gran noche a la ofensiva con 39 puntos, siete rebotes y cinco asistencias, que le sirvieron para cerrar una serie de ensueño y llevarse el Premio MVP.

Su gran socio, a partir de la presente temporada, Stephen Curry, terminó con 34 puntos y 10 asistencias. Mientras que Iguodala, quien vino desde el banquillo terminó con 18 unidades.

Por los Cavaliers, que esperaban poder alargar la serie y continuar con vida, LeBron James anotó 41 puntos, capturó 13 rebotes y repartió ocho asistencias. Kyrie Irving, terminó con 26 unidades. J.R. Smith, firmó su mejor partido de la final al anotar 25 puntos, con siete aciertos desde la linea de tres puntos en ocho intentos.

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