Este es el dilema de nunca acabar en este deporte porque a pesar de que muchos dicen que pitcheo es el nombre del juego, vemos como a los grandes bateadores se les paga algo más que los lanzadores élites, pero ahí es donde viene el análisis.
¿Qué es lo primordial en este juego?
Si bien es cierto que la ofensiva y los grandes batazos es lo que llama la atención del público y hace que se levanten de sus asientos y que muy pocos son capaces de disfrutar de un verdadero duelo de lanzadores que llegue 0-0 al último tercio de juego, pero a pesar de esto un equipo que cuente con un sólido cuerpo montícular siempre tendrá la oportunidad de ganar y así nos lo ha demostrado la historia.
¿Recuerdan a aquellos Rangers de principios de los 2000? Contaban con figuras como Iván Rodríguez, Alex Rodríguez, Rafael Palmeiro, Juan Igor González y nunca pudieron trascender a la postemporada debido a su pitcheo inconsistente.
Otro ejemplo concreto serían los Colorado Rockies quienes en su momento tuvieron a los «Cañoneros de la calle Blake» que eran: Andres Galarraga, Dante Bichette, Larry Walker y Vinny Castilla, todos grandes bateadores, pero tampoco lograron el objetivo.
Por otro lado tenemos ejemplos de equipos que sin poseer nombres retumbantes en la alineación llegaron al título de la mano de sus lanzadores como los Arizona D’Backs del año 2001 que derrotaron a los Yankees gracias a la actuación de Randy Johnson y Curt Schilling quienes se pusieron el equipo al hombro para ganar aquella Serie Mundial.
Obviamente siempre será mejor conseguir un balance, pero si es de elegir, lo mejor es irse por un cuerpo de pitcheo sólido porque sabes que a la larga terminará dándote resultados.