La apuesta de Barcelona tiene nombre y apellido: Ernesto Valverde. La institución blaugrana oficializó a su nuevo entrenador por las próximas dos temporadas en búsqueda de recuperar la senda victoriosa de los últimos años.

Sin ser el timonel con más luminarias su figura no es desconocida. En su última experiencia en los banquillos, con el Athletic Club de Bilbao desde la 2012-13, su cotización ha ido en ascenso.

Tomó las riendas de los vascos por segunda vez en su carrera luego del exitoso paso de Marcelo Bielsa y pudo darle continuidad a la idea para mantener a su equipo como uno de los siempre incómodos para los grandes.

Su mayor triunfo en el fútbol ibérico como entrenador (jugó en Alavés, Espanyol, Barcelona, Athletic y Mallorca) ha sido la Supercopa de España precisamente ante el Barcelona tras una exhibición frente a los culés en la ida con un impresionante 4-0.

Los primeros pasos de peso en su carrera los dio en Grecia. En dos ciclos con el Olympiacos consiguió tres ligas y dos copas domésticas. Eso le valió ser contratado por Valencia y posteriormente con el Athletic en una segunda etapa.

En las últimas cinco temporadas su promedio de victorias por partido es de 50,61 %, algo de importancia ante las modestas plantillas que ha tenido a disposición.

Acompañado por Jon Aspiazu como asistente y José Antonio Pozanco en la preparación física, Ernesto Valverde asume el reto más grande de su carrera con el plantel más dotado de los que ha tenido en sus manos.

Su estilo de juego es con base a la posesión, la presión y el aprovechamiento del juego por las bandas. Parece tener el ADN que necesitan en Barcelona. Es su oportunidad consagratoria.

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