Otro técnico de la casa se fue para Barcelona. El ciclo de Luis Enrique terminó este sábado con la victoria 3-1 sobre el Alavés para levantar la Copa del Rey, la tercera consecutiva, en el trío de temporadas del saliente entrenador.

Altas y bajas fue la gran característica del conjunto blaugrana en este lapso de tiempo en el que lo más positivo, sin duda, fue que la dinámica ganadora que sostiene el club desde que Frank Rikjaard se mantuvo.

El punto máximo del éxito de Luis Enrique fue su primera campaña con un triplete que lo puso a la par con lo hecho por Josep Guardiola en 2009.

Pero fue de menos a más. Si bien en la 2015/16 conquistaron cuatro títulos con la Supercopa Europea y el Mundial de Clubes, la deuda fue la Liga de Campeones que esta zafra se repitió como síntoma de desgaste del ciclo: las goleadas en las idas en octavos y cuartos frente PSG y Juventus calaron hondo.

Entre los puntos más rescatables para el asturiano fue las variantes tácticas que diseñó para su escuadra. Barcelona empezó a jugar más directo y, si bien se mantuvo la posesión como base, la verticalidad ganó terreno.

Pero también cayó en el terreno de lo predecible. Muchos rivales encontraron la manera de neutralizar a los azulgranas que en demasiadas ocasiones dependió de las genialidades de Lionel Messi, cada vez más influyente, Luis Suárez o Neymar.

El tema fichajes también fue uno de sus grandes fallos. Si bien la llegada de Suárez se da con Luis Enrique en las siguientes campañas los arribos no fueron los más atractivos, especialmente en su último año: Paco Alcácer, Denis Suárez o André Gomes dejaron mucho que desear.

Si bien el timonel deja en las vitrinas nueve títulos más, también necesita una renovación y de vuelta a sus raíces de estilo. La exigencia en dicho club es enorme y será ahora Ernesto Valverde, según afirmaciones de la prensa catalana, quien deba asumir el mayor reto de su carrera.

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