Un trabajo tenaz en manos del número 3 mundial. Eso fue lo que desplegó Milos Raonic para ganarse un puesto en los octavos de final del Abierto de Australia, subrayando su autoridad entre los más fuertes del circuito. El canadiense, tercer cabeza de serie en Melbourne Park, desbordó por 6-2, 7-6(5), 3-6, 6-3 al francés Gilles Simon tras dos horas y 34 minutos de partido librados en la Hisense Arena.
En un encuentro de poder a poder, Raonic logró imponer sus contundentes armas (21 aces, 72% ganado con primer servicio) y su insistencia en la cinta, para vencer la resistencia de Simon. El francés, que mostró sus reflejos para quebrar en tres ocasiones el saque del canadiense, logró forzar una cuarta manga pero fue incapaz de enviar el partido al set definitivo.
Sobre las pistas de Melbourne Park, escenario en el que Raonic logró irrumpir por primera vez en unos octavos de final de Grand Slam (2011), además trata de volver a firmar un papel destacado. Tras los cuartos de final de 2015 ante Novak Djokovic y las semifinales de 2016 ante Andy Murray, Milos vuelve a situarse entre los últimos supervivientes del torneo.
La incursión en la segunda semana del torneo deja un horizonte conocido para el número 3 del Emirates ATP Rankings. Raonic enfrentará en los octavos de final del Abierto de Australia al español Roberto Bautista, vencedor en un encuentro épico ante su compatriota David Ferrer por 7-5, 6-7(6), 7-6(3), 6-4. El canadiense domina por 4-0 la serie ante el castellonense en una rivalidad desarrollada desde la temporada 2014.