El Real Madrid se ha proclamado este domingo campeón del Mundial de Clubes de Japón tras imponerse en la prórroga de la final al Kashima Antlers japonés (4-2), consiguiendo su segundo título bajo esta denominación y quinto intercontinental después de un partido en el que los de Zinédine Zidane se vieron obligados a remontar y tuvieron que recurrir a la prórroga, en la que Cristiano Ronaldo resolvió con dos tantos.

El técnico blanco, Zinédine Zidane, volvió a contar para el crucial encuentro con la inestimable ayuda en defensa de Sergio Ramos, que regresó al once tras las molestias que le impidieron entrenar junto a sus compañeros de equipo estos días, y que se libró de la expulsión antes de cumplirse el tiempo reglamentario.

La primera parte tuvo, sin lugar a dudas, un claro protagonista, y ese fue Karim Benzema. El delantero francés llevó la iniciativa en el ataque del equipo blanco y vio sus frutos a los nueve minutos de juego, cuando remató a placer tras un rechazo al disparo del croata Luka Modric desde la frontal del área.

A pesar de intentarlo en numerosas ocasiones, entre ellas, una de Cristiano que despejó Sogahata y a la que siguió un remate de Kroos por alto que sacó Endo, al Real Madrid le costaba sentenciar el choque ante un rival de inferior categoría.

Mucho más difícil aún lo tendrían los de Zidane cuando el equipo japonés, en una de sus pocas llegadas al área blanca, logró hacer el empate por medio de Shibasaki que, con un tiro cruzado tras un despeje fallido de Varane, batió a Keylor Navas a solo minutos de terminar el primer tiempo.

El Kashima da la sorpresa tras el descanso

Tras el descanso, y con el aliciente del gol al borde del mismo, el Kashima mostró una actitud más agresiva que se transformó en un nuevo tanto de Shibasaki desde el margen del área que puso, sorprendentemente, a los anfitriones por delante.

Sin embargo, las ganas de defender a toda costa esa ligera ventaja que podría suponer un título, hicieron que el equipo japonés, con cierta inexperiencia, cometiese penalti en una acción de Yamamoto al intentar despejar el balón en la que arrolló a Lucas Vázquez. Cristiano Ronaldo no falló y convirtió la pena máxima.

Fabricio en lugar de Ogasawara en el Kashima Antlers e Isco por Lucas Vázquez fueron las incorporaciones que no supusieron cambio alguno en el transcurso del enfrentamiento.

A escasos minutos de la conclusión, el árbitro zambiano Janny Sikazwe perdonó la expulsión a Sergio Ramos cuando este agarró a un jugador rival en mitad de un comprometido contragolpe, todo apuntaba a que el colegiado sacaría la segunda tarjeta amarilla para el capitán merengue y por consecuencia la roja, pero no fue así a pesar de los reclamos del equipo japones.

Se necesitó la prórroga

Una vez en el tiempo añadido, al Real Madrid le bastaron tan solo unos minutos para que el recientemente ganador del Balón de Oro, Cristiano Ronaldo, hiciese gala de dicha mención batiendo por bajo a Sogahata tras un pase de Benzema, clave en el juego blanco.

Con el 3-2 en el marcador, el Kashima lo intentó como pudo y estuvo cerca de empatar gracias a una falta peligrosa que remató Suzuki y chocó, desafortunadamente para el conjunto asiático, en el larguero de la portería merengue.

En el minuto 104, Cristiano Ronaldo sentenció definitivamente el partido con una nueva diana después de que el balón quedase suelto en el área en una rápida jugada del equipo madrileño, redondeando un hat-trick en el choque y el cuarto tanto de su cuenta particular en el torneo.

Tras esta victoria, el conjunto blanco une este trofeo al conseguido en 2014 y a sus tres Copas Intercontinentales -1960, 1998 y 2002, logrando así cinco títulos mundiales.

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