NEW YORK — El mariscal de campo de Louisville, Lamar Jackson, llegó a la temporada relativamente como desconocido, con más de un obstáculo por superar. Sin embargo, la terminará con el Trofeo Heisman.
Jackson terminó su sorprendente ascenso con el primer Trofeo Heisman en la historia de la universidad, asegurando suficientes votos a pesar de sus derrotas en los últimos dos partidos, con 51 touchdowns totales y 4,928 yardas totales.
Lo que consiguió Jackson en el 2016 terminó siendo la mejor temporada en la historia de Louisville, una universidad donde el miembro del Salón de la Fama, Johnny Unitas, jugó en la década de 1950.
«Poder pararme aquí con todos los antiguos ganadores, estoy muy orgulloso de representar esta generación y Louisville como su primer ganador del Trofeo Heisman», declaró Jackson. «Para mis compañeros, es un premio para todos nosotros, no puedo esperar a llevarlo con todos ustedes».
Jackson ganó con 2,144 puntos, con Deshaun Watson terminando en segundo con 1,524. El mariscal de campo de Oklahoma, Baker Mayfield (361 puntos), el corredor de los Sooners, Dede Westbrook (209) y la estrella de Michigan, Jabrill Peppers (208) se colocaron del tercero al quinto lugar, respectivamente. La brecha entre Watson y Mayfield fue la mayor en los últimos 70 años.
Jackson se convirtió en el jugador más joven en ganar el Heisman –con 19 años y 337 días, cinco días más joven que Jameis Winston– y apenas el cuarto sophomore en llevarse el trofeo a casa. Se une a Johnny Manziel (2012), como los únicos ganadores del Heisman en lanzar para 3,000 yardas y correr para 1,000 yardas en una temporada. También extiende la sorprendente racha de mariscales de campo ganando el Heisman con 14 de los últimos 16.
Cuando comenzó el año, Watson de Clemson era el favorito para ganar el Heisman. También era el favorito de los medios para repetir como Jugador del Año en la ACC, Jackson sólo recibió dos votos.
Sin embargo, las opiniones cambiaron rápido luego que Jackson fuera responsable de ocho touchdowns en tres cuartos contra Charlotte en la Semana 1. Después acumuló más de 600 yardas totales y cinco touchdowns más en la victoria 62-28 sobre Syracuse, incluyendo un salto sobre un defensivo que siempre será parte de los videos de sus mejores momentos.
No obstante, esos dos partidos fueron contra rivales inferiores. El entonces N° 2 Florida State fue el siguiente y Jackson desmanteló a los Seminoles, acumulando 362 yardas y cinco touchdowns totales en tres cuartos durante la victoria 63-20 que envió el mensaje que Jackson tenía que ser considerado favorito para el Heisman.
Al final, los números fueron difíciles de ignorar. Jackson en es el tercer jugador en la historia del FBS –uniéndose a Cam Newton y Tim Tebow– con 30 pases de touchdown y 20 acarreos de anotación. Estableció récords para la ACC y Louisville para touchdowns producidos (51), y yardas en un mismo partido (610, contra Syracuse), además de récords de la universidad para más yardas terrestres en una misma temporada (1,538) y más touchdowns en un mismo partido (ocho), y se convirtió en el primer mariscal de campo en la historia de la universidad con 1,000 yardas terrestres en una campaña.
Es apenas la séptima ocasión en la historia del Heisman –y primera desde el 2008 (Sam Bradford de Oklahoma y Colt McCoy de Texas)– que el ganador y el segundo lugar pertenecen a la misma conferencia.
Antes que comenzara la ceremonia, se le preguntó a Jackson si alguna vez había soñado con ganar el Heisman.
«Pensaba mucho en eso cuando era niño, jugaba videojuegos de NCAA», señaló Jackson. «Pensaba, ‘Hombre, sería genial ir a la universidad y ganar ese premio’. Así que estar sentado aquí en este momento y que se hable de mi nombre, es una locura».