Andy Murray despierta pasiones. Y algo más. Así se desprende de las revelaciones del tenista, que asegura que una empleada de un hotel le siguió en dos torneos por Europa, y en una ocasión entró en su habitación a pesar de que colgaba el cartel de “no molestar” de la puerta del cuarto.

Según ha contado en una entrevista para la página web de la International Premier Tennis League (IPTL), una empleada de un hotel accedió sigilosamente a su habitación y le tocó el brazo para despertarle. Una situación que el ganador de Wimbledon y de los Juegos Olímpicos ha descrito como “extrema” después de que le preguntaran cuál es la mayor locura que ha hecho una de sus seguidoras. “Entró y se sentó en mi cama, y empezó a acariciarme el brazo sobre las siete de la mañana cuando yo aún dormía. Y luego apareció en un par de torneos más en Róterdam y Barcelona”, ha contado el tenista escocés, de 29 años. “No sé si eso es una locura de una fan, es un poco extremo, pero pasó”, ha asegurado el número dos del tenis mundial. Una situación algo surrealista que parece que se toma con algo de humor.

Las declaraciones las ha hecho en una entrevista pregunta y respuesta publicada en el Facebook de IPTL, en la que el tenista ha dado otras pinceladas de su vida privada como que si se tuviera que definir una sola palabra sería “sarcástico”, que lo primero que se compró con el dinero ganado en el tenis fue un coche que no podía conducir porque no tenía carné y que, además de su esposa, para él la mujer más guapa es la actriz Halle Berry.

El número dos del mundo comienza su último asalto de la temporada con vistas a reducir distancias con Novak Djokovic, número uno de la ATP desde 2014, en el Abierto de China, donde ya ha ganado el primer partido con la mente puesta en llegar a ser el primer británico en alcanzar el primer puesto de la clasificación mundial.

El país.

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