Rusia y Ucrania están envueltas (de nuevo) en una espiral de tensión que tiene al mundo en vilo. Los rusos buscan su preeminencia en el gobierno de Kiev, mientras que este quiere el apoyo de la OTAN y la Unión Europea.
Es un asunto geopolítico que, por los momentos, no asoma ningún tipo de solución, y que está muy bien explicado en este trabajo de la BBC.
No obstante, en HSM lo queremos ver en clave de fútbol. Cómo desde el balompié ambas naciones han estado vinculadas y separadas, en una historia de invasiones, muerte y goles.
Primero vamos con dos historias futboleras de los países por separado, y luego con otras cuatro vinculantes entre sí.
El partido de la muerte ocurrió en Ucrania
El escenario: la invasión de Alemania a la Unión Soviética, Segunda Guerra Mundial (o Gran Guerra Patria, en la denominación soviética). Para 1942, Ucrania era una de las repúblicas que constituía la URSS, y los nazis la habían ocupado.
Terribles sucesos, como el de Babi Yar (exterminio de más de 30 mil judíos en Kiev) marcaron a la capital ucraniana durante la ocupación alemana. Y entre estos duros hechos, también resalta otro: el del partido de la muerte.
El 6 de agosto de 1942, el club Star, de exfutbolistas del Dínamo de Kiev y el Lokomotiv de Ucrania, jugó un duelo contra el Flakelf, una escuadra conformada por militares y aviadores alemanes. El equipo local, con personas mal alimentadas y golpeadas, derrotó a los nazis 5-1.
Tres días después volvieron a jugar. El árbitro, en el entretiempo, advirtió a los prisioneros que serían asesinados si ganaban. Esta vez golearon 5-3.
En realidad no hubo un partido de la muerte, como lo explica el historiador ucraniano Valentin Scherbachov. “Se disputó una serie de encuentros que siempre ganaba el equipo local, lo que provocó que en 1942 el nuevo comandante local prohibiera los partidos para evitar el descrédito de las fuerzas que ocupaban la ciudad de Kiev”, afirmó, en declaraciones difundidas por el diario La Vanguardia.
Mijail Putistin, uno de los supervivientes, contó: “Después del (primer) partido volvimos a casa y lo celebramos; unos días más tarde, incluso se jugó otro partido; las detenciones llegaron después”
La mayor parte de los ucranianos terminaron muertos. La tesis alemana es que eran comunistas, y tarde o temprano serían ejecutados. La tesis romántica es que murieron por haber vencido (y dos veces) en el fútbol.
Hoy existe, en la sede del Dínamo de Kiev, una estatua que conmemora a los héroes ucranianos ejecutados tras los partidos de fútbol contra los alemanes.
Otra famosa intervención rusa, esta vez en Hungría
La Unión Soviética, luego de la Gran Guerra Patria, buscó reforzarse: había comenzado la Guerra Fría. Los países a su alrededor fueron engullidos por los partidos comunistas locales, convirtiendo a esas naciones en satélites de Moscú.
Hungría inicialmente pretendía ser una nación democrática, pero para 1949, el Partido de los Trabajadores Húngaros (fusión del Partido Comunista y el Socialdemócrata) llegó al poder. Matyas Rakosi lideró a la nación en su tránsito por el Comunismo, arrestando y ejecutando a sus rivales.
Rakosi sería sustituido luego por Imre Nagy, un político mucho más abierto. No obstante, Rakosi permaneció como secretario general del partido, y era sin duda el aliado más fuerte de Moscú en Hungría, impulsando la entrada del país en el Pacto de Varsovia, la coalición militar con los soviéticos al frente, rival de la OTAN.
En 1956, Nagy pretendió que Hungría saliera de la órbita soviética, y la URSS intervino en el país. El líder fue juzgado y ejecutado, y el Comunismo arreció su represión contra los opositores.
Futbolísticamente, Hungría era una de las potencias de Europa y cuidado si no del mundo. Alcanzó la final del Mundial de 1954, donde perdió ante Alemania, de la mano de jugadores legendarios como Ferenc Puskas, Ladislao Kubala y Sándor Kocsis. Previamente había ganado los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 y el Campeonato Internacional de Europa Central 1953.
Pero con la represión comunista, muchos de ellos decidieron huir del país. Formaban parte del poderoso Budapest Honved, que hizo una gira por Italia, España, Portugal y Brasil, superando las sanciones de la FIFA
Puskas, Kubala y Kocsis se fueron a España, donde se convirtieron en figuras fundamentales del Real Madrid y Barcelona. De hecho, Puskas vistió la camiseta de España en el Mundial de Chile 1962. Kubala también jugó con la Roja.
Así, la maravillosa Hungría de los 50 se vio hundida por la invasión de la Unión Soviética.
Oleg Blokhin, la gloria soviética de origen ucraniano
Oleg Blokhin es, sin duda, el más grande jugador ucraniano del siglo XX, superado en el XXI por Andrei Shevchenko. Blokhin, nacido en Kiev en 1952, ganó siete ligas de la URSS, cinco copas soviéticas, dos recopas de Europa y una Supercopa de Europa con el Dínamo de Kiev.
Solo en 1988 dejó a su equipo del alma, para tener una corta experiencia en Austria y Chipre.
Blokhin obtuvo con la selección soviética el bronce en los Juegos Olímpicos de 1972 y 1976, además de disputar los mundiales de 1982 y 1986. En total anotó 42 goles en 112 compromisos, alcanzando el Balón de Oro en 1975.
La leyenda ucraniana dirigiría a la selección de su país en 2003 hasta 2007, y luego entre 2011 y 2012. En este último año tuvo el honor de conducir a sus compatriotas en la Eurocopa organizada en conjunto por su nación y Polonia, aunque no pudieron pasar de la fase de grupos.
Como entrenador no pudo repetir el éxito alcanzado con el Dínamo de Kiev (2012-14) en su etapa como jugador.
El Shakhtar Donetsk y las dificultades en casa
Donetsk es una ciudad minera ubicada al este de Ucrania, sobre el río Kalmius. La óblast (región) de Donetsk es disputada por locales pro rusos y ucranianos en la llamada Guerra del Donbás (Donbass), que ha dejado ya unos 14 mil muertos desde abril de 2014.
El origen del conflicto fue la revolución proeuropea de la Plaza Maidán, de Kiev, que terminó con el derrocamiento del presidente pro ruso Víctor Yanukovich. Acto seguido, otra de las regiones ucranianas, Crimea, fue anexada por Rusia luego de un referéndum, y los grupos locales de Donetsk vieron la oportunidad de seguir sus pasos, algo que terminó de radicalizar los enfrentamientos.
Shakhtar Donetsk es el equipo de la región, que juega en el campeonato ucraniano y que ha protagonizado noches mágicas en la Champions League. Es el segundo equipo más popular del país, solo detrás del Dínamo de Kiev, y tuvo al rumano Mircea Lucescu como DT entre 2004-16, erigiéndose en el gran referente del siglo XXI tras ganar la Copa Uefa 2008-09.
Debido al conflicto, Shakhtar no ha podido jugar en su hogar, el Arena Donbass, mudando sus encuentros como local al Estadio Olímpico de Kiev, casa del Dínamo. El Arena Donbass, de hecho, sirve como centro de acopio para refugiados de la guerra, que también fue atacado en los comienzos de la conflagración, en 2014.
El mapa de Crimea en la camiseta de Ucrania y la protesta de Rusia
Ocurrió en 2021, durante la Eurocopa de Naciones. Ucrania presentó su camiseta para el torneo, la tradicional amarilla con detalles en azul, pero contaba con algo curioso: el mapa del país. Poco estético, pero nacionalista.
Sin embargo, Rusia alertó a la UEFA sobre algo: el mapa tenía a la península de Crimea que, como vimos en el apartado anterior, había sido anexionada por el país en 2014. El organismo permitió a los ucranianos utilizar su camiseta.
Pero había otro problema: la indumentaria tenía dos lemas calificados de nacionalistas, “Gloria a Ucrania” y “Gloria a los Héroes”. El primero fue respetado por la UEFA, pero el segundo tuvo que ser eliminado, ya que era claramente político.
“Esta combinación específica de los dos lemas se considera claramente de naturaleza política, con un significado histórico y militarista”, señaló la UEFA. Cedió con el “Gloria a Ucrania”, pero retiró el “Gloria a los Héroes”.
Rusia calificó esa camiseta, diseñada por la marca española Joma, como una provocación.
El duelo más reciente entre Ucrania y Rusia… en fútbol sala
Ucrania y Rusia se enfrentaron en la Euro de Fútbol Sala celebrada este año, específicamente en las semifinales, con victoria rusa 3-2.
Los ucranianos habían eliminado a los kazajos 5-3, y los rusos se deshicieron de Georgia 3-1. La UEFA estaba preparada para este escenario.
Aunque las tensiones se mantuvieron en los días previos, el compromiso se dio sin mayores complicaciones. Ambos equipos respetaron las diferencias políticas y se dedicaron a jugar, con triunfo ruso 3-2 gracias a los tantos de Sokolov, Afanasyev y Niyazov. Siryi y Abakshyn anotaron las dianas ucranianas.
Rusia caería en la final del Europeo ante Portugal por 4-2.
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