Desde su llegada al circuito profesional, Dominic Thiem, ha dado muestras de un enorme talento dentro de la pista. A pesar de sus cortos 25 años, se esperan grandes resultados y desempeño de él en cada torneo que juega. Ayer dio una muestra de carácter y se consagró el ATP 500 de Barcelona, cerrando una semana formidable.
En la final de dicho torneo enfrentó a Daniil Medvédev el cual aplastó con resultado de 6-4 y 6-0. Aprovechando también el inconveniente físico del ruso que durante el primer set debió ser atendido por el médico debido a molestias en su hombro derecho.
Thiem consigue de está manera levantar su 13er trofeo en el circuito de la ATP. Sin embargo, lo realmente importante de la cantidad de campeonatos es que nueve han sido en arcilla. Siendo la superficie a la cual mejor se adapta, le gusta y su juego cobra mayor peligrosidad a pesar que ya pudo levantar un trofeo en un Masters 1000 durante el presente año en Indian Wells.
En la última semana no solo pudo derrotar a Rafael Nadal por las semifinales del torneo, si no que además venció a Diego Schwartzman (su mejor amigo del circuito, Guido Pella que venía embalado luego de un gran torneo en Monte-Carlo y Jaume Munar. La victoria se hace más dulce para Thiem al vencer a estos rivales que son grandes jugadores de arcilla.
¿Sorpresa o realidad?
Más que una sorpresa el presente de Thiem es una realidad. Es una jugador que está llamado a ocupar los primeros puestos del ranking. En su estancia en Barcelona su juego demostró una velocidad y precisión inigualable. Pero que deberá mantener en el tiempo si quiere continuar consiguiendo cosas grandes.
A pesar de su realidad, la inconsistencia y por momentos la presión le juegan una mala pasada. Es un jugador que sabe aprovechar la bondades de sus rivales, pero que fácilmente se puede ir de partido por momentos. Pero que a nadie le quede duda de su talento e intensidad al momento de estar en la pista.
Sin duda la mejor de sus victorias es la que consiguió ante Nadal. Algunos dicen que el español no estaba en su mejor momento y por eso cayó derrotado, acotación que es cierta. Pero mirar solo ese aspecto es no darle merito a un jugador que supo aprovechar las condiciones de su rival y supo imponer un ritmo de juego y tomar la iniciativa durante todo el partido.
Es la cuarta ocasión que Thiem derrota a Nadal y todas ellas han sido sobre arcilla. Para el español el austriaco siempre ha sido un rival duro de vencer y durante está etapa del calendario suelen enfrentarse mucho en rodas definitivas de cada torneo. Algo que habla muy bien de ambos, pero más de un joven que apenas comienza a dar sus primeros golpes sobre la mesa.
Thiem ha disputado 160 partidos en arcilla, de los cuales ha podido ganar 120 y tan solo ha perdido 40. Se siente cómodo jugando sobre la superficie y los resultados continúan acompañándole y ya consiguió el primer ATP 500 de su carrera.
¿Candidato a ganar Roland Garros?
En su etapa como Junior, Thiem logró disputar la final del segundo Grand Slam del calendario. Por aquellos días caería a manos de Bjorn Fratangelo por 6-3, 3-6 y 6-8. Demostrando desde juvenil que su ascenso era imparable y su talento se perdía de vista.
En una lista de posibles candidatos a ganar el torneo por supuesto que debe estar. Actualmente ocupa la quinta posición del ranking mundial y podrá llegar con una enorme confianza. Si a eso le sumamos las semifinales del 2016 y 2017; más la final disputada del año pasado lo hacen uno de máximos aspirantes al título.
Para la edición 2019 su nombre estará siendo seguido por la opinión pública. No solo por lo que hizo en el pasado, si no por lo que viene haciendo. Su constancia en Roland Garros y en arcilla hacen que sea un candidato de segunda mano para muchos pero que fácilmente puede codearse con los mejores.
Es el momento para que Thiem pise fuerte y pase de ser una sorpresa a convertirse en realidad en un torneo de dicha envergadura. De está manera estará poniendo primera a una generación de relevo que se le ha hecho complicado levantar un Grand Slam.
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