La temporada de Lionel Messi arrancaba con cargas y dudas. Decepcionado en su selección al perder una final por tercer año consecutivo, el argentino decidió renunciar a la Albiceleste tras la dolorosa derrota por penales en la definición de la Copa América Centenario.

Su «no se me da» marcaba, en ese momento, el fin de su carrera con su país que desde que comenzó a verlo brillar le puso la responsabilidad de sustituir a Diego Armando Maradona en el rol de ídolo máximo y de conductor al éxito. Pero era, sin duda, el momento más amargo de su trayectoria.

Barcelona, como siempre, era su oportunidad de desquite y de disfrutar. De despejar dudas sobre su dominio en el fútbol mundial. Una nueva campaña comenzaba.

Y ahora Messi recupera la faceta que lo hace aún más determinante: la de goleador. El rosarino alcanzó los 27 goles en La Liga con el par que le marcó al Sevilla en la victoria 3-0 en la jornada 30.

Con ocho fechas por disputar ya Messi tiene un tanto más que los conseguidos en la pasada edición del torneo español, además de tener 11 en Liga de Campeones, cuatro en Copa del Rey y uno en Supercopa de España para alcanzar 43 en total, dos más que los conseguidos en la anterior zafra por todas las competiciones.

Es el máximo anotador actual tanto de La Liga como de la Champions y su rol protagónico está más presente que nunca.

 

Y aunque parece complicado que iguale los números de la temporada en la que su gen goleador fue más evidente, la 2011/12, en la que llegó a 50 en el torneo nacional, sus cifras lucen como astronómicas

En aquella ocasión alcanzó su conquista liguera 27 en la fecha 24, seis antes que en este año con un póker ante el Valencia en el que además anotó sus goles 28, 29 y 30 de esa zafra.

Además, Messi se acerca a los 500 goles con la camiseta blaugrana al colocarse a cuatro anotaciones de alcanzar la marca que aún nadie toca con el Barcelona.

Con 29 años, su leyenda sigue creciendo más y más.

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