El Real Madrid puso fin a su bache de resultados, con un triunfo balsámico gracias a los goles de Sergio Ramos que le otorgan el campeonato de invierno, pero que no despejan las dudas ante un buen Málaga, que dirigido por el uruguayo Marcelo «Gato» Romero asustó con un gol del venezolano Juanpi Añor (2-1).

El defensa con alma de goleador sigue siendo el salvador. Sergio Ramos volvió a aparecer con goles claves para empujar al Real Madrid a una reacción obligada pero que no aleja de las dudas a un equipo instalado en su pico bajo de la temporada, con dos golpes por asimilar cuando se había acostumbrado a mantener un récord sin derrotas. Dejó síntomas de reacción sin continuidad, con la necesidad de hacer algo más para que regrese la confianza.

Salió con ese objetivo, recuperarla imprimiendo un ritmo alto al juego, pero perdonando las primeras ocasiones que habrían evitado los momentos de duda que aparecen en cada partido. Tras los elogios excesivos, Zidane sentó al brasileño Danilo. Lo protegió de la exigencia del Bernabéu y ni con la lesión muscular de Marcelo recurrió a él. Metió a Isco, arriesgó y encontró el premio.

Habían perdonado Cristiano y Benzema dos clarísimas. Un mano a mano el portugués, que necesita goles para acercarse a su verdadera versión. Rematando sin confianza ante la salida de Kameni. Y un gesto técnico sin éxito del francés, intentando rematar de espuela un centro de Lucas Vázquez. Encontraba una autopista en su costado y la explotaba para generar desequilibrio.

La salida con tensión que pedía Zidane no dejó réditos. El Málaga, que alineó a cuatro jugadores venezolanos en su once inicial, se mantuvo en pie, busco orden y acabó generando dudas a un Real Madrid inestable. La falta de contundencia en defensa del conjunto madridista permite a sus rivales sentir que pueden sacar algo positivo. Lo demostró el uruguayo Chory Castro con dos zurdazos consecutivos. El primero lo repelió el poste y el segundo lo sacó Keylor Navas.

Kameni, capaz de lo mejor y lo peor, estaba en una de esas tardes en las que en cualquier acción pegaba un ‘escopetazo’. Un recorte innecesario ante la presión rival, un mal golpeo de balón en una salida o medir mal el bote a un rechace de centro de Lucas Vázquez, acabó con el balón superándose y rozando el gol para acabar en el lateral de la red.

Podía mermar la confianza de un Málaga que a balón parado pudo adelantarse con dos córners de Juanpi. El segundo lo remató Camacho y acarició la escuadra. Precedió a la aparición de Ramos cuando su equipo más lo necesitaba. De la duda de Kameni nació el saque de esquina que remató el camero con el corazón a la red. Otro córner de Kroos, otro testarazo de Ramos para despejar dudas.

Seis minutos después repetían los mismos protagonistas. Una falta lateral la ponía Kroos y Ramos, que tiene un imán para cazar todas, remataba a placer en boca de gol ante una mala defensa del Málaga que tiró el fuera de juego. Seis tantos en Liga sin acabar la primera vuelta, su mejor marca y segundo máximo goleador madridista.

Los goles aportaron calma momentánea, pudo ampliar diferencia antes del descanso en una contra de Cristiano y Benzema que acabó con centro desviado al poste y en el segundo tiempo midió fuerzas un Real Madrid que puso su cabeza en el intento de remontada en Copa del Rey y a punto estuvo de costarle caro.

El Málaga dudó de inicio entre arriesgar o protegerse y en plena crisis de resultados una proeza sabía a oro. Buscó el lateral derecho donde defendía Lucas Vázquez y se metió de golpe en el partido. Un disparo de Juan Carlos rechazado por Keylor, lo fusiló Juanpi para estrechar el marcador y en pleno cabreo de la grada, segundos después, el portero madridista salvó a su equipo ante el disparo cruzado del Chory.

El lío ya estaba montado, sin un día tranquilo en el Bernabéu que comenzaba pitando a todos los jugadores y acababa tomándola con Benzema. Otra acción de locura de Kameni resucitó al Real Madrid que había vuelto a conectarse a la red tras estar un rato desenchufado. La cesión al portero se le coló entre las piernas y a la carrera se lanzó para evitar el tanto con el pie. Cristiano se encontró el rechace pero no fue capaz de superarle.

La ansiedad del portugués crece por la falta de goles en juego y le acabó desesperando en la recta final del duelo. El Real Madrid tenía en su mano la sentencia pero Cristiano se topaba con el poste y con Kameni en otra ocasión de las que no suele perdonar. La incertidumbre marcó los últimos minutos de un líder que se reencuentra con la victorias pero no con el fútbol.

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