Arrancó la semana 7 de la NFL, y el staff de HSM aprovecha para repasar los mejores 10 mariscales de campo que forman parte la liga en este momento.
Más allá de un ranking de actualidad, a los jugadores con pobres inicios tanto estadísticos como colectivos, se les juzgará más de acuerdo a lo que han conseguido en campañas anteriores, potencial actual, su talento y ejecución bajo presión.
ELI MANNING – NEW YORK GIANTS
Dos anillos de Super Bowl, sin duda Eli es uno de los QB con mayor renombre en este ranking. Pero el hermano menor de los Manning, carece de esa consistencia que lo haría formar parte de este ranking con los ojos cerrados.
Un jugador probado en los momentos de máxima presión y que ha logrado sacar lo mejor de su juego en las grandes citas. Sin embargo, sus últimas temporadas han dejado mucho que desear de parte del mariscal de los Giants.
Su arranque discreto en 2016 no ayudan a su posición en este ranking, menos aún cuando cuenta con dos receptores probados como Odell Beckham Jr. y Victor Cruz después de una larga ausencia, además con el flamante novato Sterling Shepard y aún así los Gigantes no han podido engranar. Los Giants necesitan al mejor Eli para soñar con ganar la división o tener oportunidad de comodín en una conferencia muy pareja.
PHILLIP RIVERS – SAN DIEGO CHARGERS
Calificar de mariscal élite a Rivers es un caso difícil de soportar todo el tiempo. El oriundo de Alabama ha puesto estadísticas más que decentes temporada tras temporada, y nadie en la liga puede equiparar la intensidad que demuestra en el terreno partido tras partido, sin embargo ha tenido bajones en sus últimas dos temporadas y parece ser que ya su desempeño no hace más la diferencia entre ganar y perder para los Chargers.
Jugar en San Diego no es tarea fácil entre las derrotas y el dilema de la reubicación, pero Rivers no ha sido capaz de superar las adversidades y mantener sus actuaciones al nivel más alto. Con 34 años, todavía es suficientemente joven como para sorprendernos a todos con una temporada fenomenal, llevando a los Chargers a pelear por playoffs. Pero también es muy posible que ya hayamos visto lo mejor de su carrera.
CARSON PALMER – ARIZONA CARDINALS
Nunca se sabe con Palmer. El año pasado, complementó una de las mejores temporadas en la historia reciente para mariscales en la NFL con quizás uno de los peores colapsos en playoffs que se recuerden. Su épica actuación de seis perdidas de balón (cuatro INT y dos fumbles) frente a Carolina en el juego de campeonato de la NFC nos dejó con la impresión que no está hecho para los momentos importantes, y no tendrá mucho valor lo que haga esta temporada si no logra exorcizar sus demonios en postemporada.
Habiendo dicho esto, Palmer jugó a un nivel de MVP para los Cardinals y fue consistentemente productivo semana tras semana a un nivel altísimo que no se había visto en Arizona desde Kurt Warner. Habrá sido el año pasado la excepción a la regla? Las lesiones lo han atacado en lo que va de temporada pero lo importante será en cómo finalice esta temporada.
ANDREW LUCK – INDIANAPOLIS COLTS
Así es, Luck hace el top 10 de mi lista, aún cuando la memoria de su pobre rendimiento la pasada temporada sigue fresco en mi memoria, después de lesiones y haber sido ineficaz para los Colts. No le quito responsabilidad por el fracaso de Indianapolis la temporada pasada, en la cual no lograron clasificar a postemporada por primera vez en los últimos cuatro años, pero así mismo, decido esquivar esos sucesos y enfocarme en lo que ha logrado desde 2012 hasta el presente.
Luck tiene el potencial y el talento para vivir con el peso que representa no sólo haber sido la selección #1 del draft en el 2012, si no también el flamante reemplazo de Peyton Manning en Indy. Aunado a eso tiene la capacidad y el liderazgo para llevar a los Colts al Super Bowl. Quizás el 2015 termine siendo positivo a largo plazo, sirviendo como lección para perseverar y superar adversidades más adelante en su carrera.
DREW BREES – NEW ORLEANS SAINTS
Esta es la realidad de cuán alta ha puesto la vara Drew Brees para él mismo: Lideró la liga con 4.870 yardas por pase la temporada pasada (en sólo 15 juegos), lanzando 32 pases de anotación, con un índice de pasador de 101.0 y aún así tuvo que soportar los cuestionamientos de aquellos que dicen que su juego está en declive.
Brees sigue logrando precisión de cirujano en esas pelotas profundas, y su conocimiento sobre cómo atacar una defensa es casi incomparable. Si el cuerpo de receptores de los Saints puede mantenerse saludable y la defensa ayuda a la ofensiva, Brees a los 37 años puede seguir manteniéndose en la élite y darle oportunidad a los Saints de pelear por los playoffs.
RUSSELL WILSON – SEATTLE SEAHAWKS
Russell Wilson emergió como el ‘playmaker’ del equipo en la segunda mitad de la pasada temporada, haciendo todo en un equipo de Seattle que necesitó que su QB se hiciera cargo de todo el peso de la ofensiva, puesto que nunca pudieron contar con un Marshawn Lynch saludable.
Wilson probó que su brazo es suficientemente capaz para mantener el estatus de élite en la NFL, y que cuando combinas eso con la amenaza que representa su movilidad-tanto en jugadas planificadas como improvisadas-sólo hay pocas maneras de defenderlo. Solo recuerden cómo Wilson salvó el día en los playoffs aquel frío día en Minnesota, cuando su capacidad de ejecutar aún en los momentos cuando todo se está cayendo a su alrededor fue la diferencia para los Seahawks.
BEN ROETHLISBERGER – PITTSBURGH STEELERS
No hay duda de que Big Ben todavía puede quemar cualquier defensiva, y quizás mejor que nunca, con un vasto porcentaje de 68.0 en pases completados y 328.2 en promedio de yardas aéreas (ambas marcas las mejores de su carrera) en la pasada temporada. Pero su tremendo porcentaje de 8.4 yardas por pase en 2015, se vio afectado por la realidad que sólo inició 11 juegos debido a una plaga de lesiones en su hombro, rodilla y pie. La cantidad de juegos iniciados es la más baja de su carrera en 12 años, y los Steelers lo necesitan sano para tener oportunidad de soñar con el Super Bowl.
Teniendo un buen inicio en el 2016, en la semana 6, Big Ben salió lesionado del encuentro frente a los Dolphins y se confirmó que se trata de una rotura del menisco derecho que lo mantendrá fuera de los terrenos entre 4 a 6 semanas, aunque muchos dudan que demore tanto en volver.
Roethlisberger ha recibido mucho castigo físico en los últimas dos temporadas, debido a su capacidad de extender jugadas en la bolsa de protección, con todo el talento que tiene Pittsburgh a su alrededor, su objetivo número 1 tiene que ser proteger al máximo a su pasador.
CAM NEWTON – CAROLINA PANTHERS
Claramente, la NFL no tenía una respuesta para el multifacético juego de Newton la temporada pasada, no hasta que el equipo de Denver lo hiciera chocar contra un muro de concreto en el pasado Super Bowl, forzándolo a cometer errores no acostumbrados. Pero el actual MVP de la liga impuso un atractivo y atrevido estilo para la posición de quarterback y prácticamente solo se encargó de cargar con la ofensiva de los Panthers hasta el máximo escenario en el deporte.
Es muy probable que Newton no logre igualar los números que arrojó la temporada pasada en la presente campaña, después de haber lanzado para 35 pases de TD y haber sumado 10 más por tierra. Sin embargo, Cam es un talento único y cuenta con su receptor estrella Kelvin Benjamin esta temporada.
El inicio de Carolina ha sido devastador e inesperado, esperemos que Newton luego de perderse un juego por una contusión cerebral, pueda arreglar el rumbo de los Panthers para meterlos en playoffs nuevamente.
TOM BRADY – NEW ENGLAND PATRIOTS
El mejor quarterback de la historia del deporte, seis idas al Super Bowl, cuatro anillos y números de leyenda, Tom Brady sigue reinventándose en la posición y aún con 39 años domina la NFL.
El año pasado, a pesar de algunos problemas en su linea ofensiva y lesiones que afectaron a su cuerpo de receptores, Brady logró involucrarse en la conversación del MVP de la temporada, y al final de la misma, New England se quedó a las puertas de ir a su séptimo viaje al Super Bowl con Brady como mariscal titular.
Esta temporada se perdió los primeros cuatro encuentros por la suspensión que lo otorgó la liga por el caso del ‘Deflategate’, razón que hace que Brady haya arrancado con todo esta temporada para alcanzar otro anillo más, y así incrementar la corta distancia que mantiene con Joe Montana por el trono del mejor QB en la historia del deporte.
AARON RODGERS – GREEN BAY PACKERS
Aceptado, no hemos visto lo mejor de Rodgers ni en el 2015 ni en lo que va de esta temporada (aunque se vio muy bien en el juego de Thursday Night Football frente a los Bears completando 39 pases en 55 intentos-los 39 son récord de franquicia-y lanzando para más de 300 yardas y 3 pases de TD), pero se ha visto alguna vez a un AROD con más recursos, apelando a ganar de la forma más dramática, y convirtiendo el pase Ave María en un pase con índice positivo de ejecución? tienen que admitir que es muy divertido de observar, te guste o no te guste.
Rodgers y su cuerpo de receptores aún no han encontrado esa sintonía que aterrorizaba defensas hace algunos años, pero el oriundo de Chico, California, se encuentra en el pico de su forma física y es capaz de destruir defensivas con esa precisión mortal que tiene en su brazo derecho.
Aún después de no haber llegado a las 4.000 yardas por aire el año pasado, si hay un juego de matar o morir, no hay otro quarterback que preferiría tener bajo centro. Si la ofensiva logra encontrar la sincronía y transformarla en consistencia, no se pierdan a un Rodgers motivado por volver a sentarse en el trono que le corresponde por derecho como el mariscal más completo de esta liga, una liga de pasadores.